Tenerife
Proyecto Puerto de Granadilla



Granadilla o quedarse atrás. Por J.A.Cruz-Auñón (oct 2003):
El presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, Luis Suárez Trenor, podía haberlo dicho más alto, pero no más claro, cuando ha advertido que "sin la complementariedad de la dársena de Granadilla, Tenerife será una isla menor". Falta hacía que, para poner orden y concierto, en el debate sobre sí o no al puerto en cuestión, se alzase una voz que con conocimiento de causa, autoridad y prestigio, diese su opinión sobre el mismo. Con el proyecto de Granadilla, cuestionado sólo por unos pocos grupos ecologistas y por políticos en la oposición, se repite idéntico ninguneo al que se ha dado a otras muchas iniciativas promovidas en nuestra isla. Los partidarios del "no", casi siempre minoritarios, hacen valer su capacidad de presencia en los medios de comunicación, que amplían y repiten sus voces. No son muchos, pero sí lo suficientemente vociferantes, por lo que parecen ser más que aquellos que no toman partido y no se manifiestan, en casi todos los casos por comodidad, desinterés o apatía. Sólo cuando pintan bastos, y la amenaza de que un proyecto pueda quedar paralizado o abandonado, es cuando se produce la movilización social a favor. El puerto o dársena de Granadilla está previsto que se convertirá en complementario del de Santa Cruz, demostrado como ya ha quedado que son muy limitadas las posibilidades de crecimiento y expansión de éste. Por lo tanto, no estamos hablando únicamente de las posibilidades de Granadilla, en su sentido estricto, sino de lo que supondrá de descongestión del puerto de Santa Cruz y de la capacidad de éste de ofrecer servicios que hasta ahora no podía prestar o lo hacía de modo precario o insuficiente. La inauguración del Auditorio de Tenerife que acabamos de celebrar, verdadera obra maestra de la arquitectura más vanguardista y orgullo para Santa Cruz, supone un reto más de cara a conseguir el necesario y definitivo abrazo de los ciudadanos de la capital tinerfeña con el océano a través de su puerto. Para lograrlo es imprescindible contar con la descongestión que proporcionará Granadilla. La oposición ecologista manifestada en contra de Granadilla es respetable, aunque en buena medida incomprensible, en la misma medida que lo sea con quienes estamos a favor del proyecto. No es posible que la crítica sea siempre unidireccional, y que quienes en uso de nuestro derecho a la libertad de expresión alzamos la voz para respaldar proyectos que consideramos viables y vitales para el futuro económico de Tenerife, seamos tildados de ir en contra de los intereses de nuestra isla. Por ahí sí que no podemos pasar. Y menos, viendo que son otros los que siempre están a la contra, sin que se les conozcan proyectos o ideas que generen riqueza y bienestar para la isla. Los grupos ecologistas que han manifestado su oposición a Granadilla lo han hecho, dicen, amparándose en estudios y análisis que respaldan sus tesis. Tienen todo el derecho de poder hacerlo, pero también el deber de admitir que otros organismos, cualquiera de ellos con tanta o más autoridad y capacidad de análisis que los suyos, no se oponen a la construcción del puerto de Granadilla y que, una vez contrastadas las tesis de unos y otros, deberá llevarse a cabo si los pros, tal como parece, son muchos más que los contras. Durante mucho tiempo los grupos ecologistas gozaron de un favor especial por los medios de comunicación. Me parece bien que se les siga dando ese especial trato, por que su aguijoneo siempre será un revulsivo, un toque de atención que debemos considerar , pero lo que ya no es de recibo es que los ecologistas pretendan imponer sus ideas sin admitir el contraste de pareceres que supone el admitir la existencia de otras ideas distintas, e incluso contrarias, a las suyas. Debatamos, por tanto, sin cartas marcadas; sin posturas preconcebidas e inalterables. Veamos si interesa o no la dársena de Granadilla. Y parece que sí interesa, a tenor de las opiniones más fundadas y fundamentadas. Las declaraciones de un profesional de prestigio de Luis Suárez Trenor, presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, no ofrece dudas:

    "Si no sacamos adelante el proyecto complementario de Granadilla tal y como está diseñado, o en su defecto, algo muy parecido, Tenerife se convertirá en una isla menor. El que se quede quieto se muere en términos de capacidad para competir"

, ha dicho. Si desde el punto de vista económico parece imprescindible e inaplazable hacer realidad la dársena de Granadilla, desde el punto de vista ecológico no parece que existan razones en su contra, pese a los interesados argumentos esgrimidos desde el ecologismo. El propio Suárez Trenor da cuenta de la existencia de no menos de treinta estudios que hablan de la viabilidad y respeto al medio ambiente del proyecto que , además, cuenta con la consideración de "ambiente viable" por parte del Gobierno de España y que, por lo mismo, cuenta con el respaldo financiero de la Unión Europea. Por si todas esas razones no fuesen bastantes, un diez por ciento del presupuesto de la primera fase de la obra, que está en torno a los 40.000 millones de pesetas, "estará dedicado", según afirma Luis Suárez Trenor , "a garantizar la preservación del medio ambiente", al tiempo que anuncia la creación de "una fundación o similar, con total autonomía, para que el puerto de Granadilla se mantenga como la instalación en su categoría medioambiental más estudiada de España". Si todo parece estar a favor de acometer cuanto antes el proyecto de Granadilla ¿quiénes son y, sobre todo, por qué están en contra del crecimiento de Tenerife que ha de lograrse a través de esas instalaciones? ¿A qué juegan esos opositores?. (Juan Antonio Cruz-Auñón Briones)


Debatir (o no) sobre Granadilla. Por Juan Manuel Bethencourt (23/12/03):
Un grupo de profesores de la Universidad de La Laguna expuso ayer, ante un auditorio tan cómplice como íntimo -apenas una docena de personas-, sus argumentos en contra del puerto de Granadilla. Uno de ellos, ese buen economista que es Federico Aguilera, puso el dedo en la llaga al demandar un "debate de calidad" sobre si una instalación de este tipo es conveniente o no para la Isla. Y lo cierto es que tiene razón, incluso más allá de los argumentos expuestos sobre el puerto en sí. Es posible que no esté clara la necesidad ni la conveniencia del proyecto. Vaya por delante, a modo de confesión del firmante, que si el periodista tuviera que decantarse al respecto diría que el puerto no es necesario, pero sí conveniente para Tenerife. Pero más allá de la consideración libre y personal de cada uno, hay un concepto que jamás debería ser objeto de negociación: ese debate sobre argumentos tiene que existir. El puerto de Granadilla no es ni mucho menos un hecho aislado y excepcional. Es uno más de los múltiples ejemplos de difícil o imposible convivencia entre el progreso económico y el medio natural, que es, por otro lado, uno de los debates clave que tiene sobre la mesa la propia sociedad del Archipiélago. Hasta ahora hemos apostado por un modelo de desarrollo ultrarrápido, basado en el turismo y los servicios derivados del mismo, con la construcción y las infraestructuras de transporte como aliados imprescindibles. Este proceso, desbocado pero exitoso, ha financiado el ingreso de Tenerife y Canarias en la sociedad del progreso y el bienestar, un hecho que incluye, seamos coherentes, a la propia Universidad, con las infraestructuras y servicios a la disposición de docentes y alumnos de hoy. A partir de ahí, estamos en la disyuntiva de seguir o parar, o bien de seguir pero con distintos ingredientes, que sería el argumento elemental con que justificar la inversión granadillera; si el turismo ha alcanzado su umbral máximo de carga, habrá que seguir nuevos caminos y diversificar el tejido productivo de esta isla. Por ahí andarían los tiros, con opiniones, una vez más, a favor y en contra de la teoría.

Impacto ambiental:
Al final, uno tiene la impresión de que el puerto de Granadilla, si llega a ser una realidad -parece que lo será-, se moverá según los parámetros de la prudencia: no será ni la panacea ni el desastre, sino un nuevo polo de actividad en una isla que, según parece, quiere esquivar el monocultivo turístico. Eso en el ámbito económico, pues en el plano ambiental no hay demasiadas dudas: el precio a pagar será muy alto, incluso con medidas correctoras a las que los profesores citados ayer no daban ningún crédito. Pero nada de eso convierte en dogma de fe la posición de los colectivos ambietalistas, que yerran al erigirse en encargados de repartir certificados de moralidad; nosotros somos los buenos, ellos los malos. No es levantando sospechas como se construyen las sociedades libres. Hay dirigentes políticos de la Isla, partidarios del proyecto portuario, que han asumido el esfuerzo pedagógico de explicarse sin temor a los propios argumentos ni, claro, a los de quienes están en contra. El presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, es uno de ellos. Ojalá cunda el ejemplo. En el caso del tendido de Vilaflor, el ocultismo institucional y la prepotencia de Unelco crisparon el ambiente hasta el resultado conocido, una manifestación bella y contundente que, sin embargo, dejó tras de sí un escenario problemático. La lección debería ser aprendida. (Juan Manuel Bethencourt)

GRANADILLA: 68 HECTÁREAS DE EXPLANADA Y 1.400 METROS DE MUELLE DE RIBERA:
El Puerto de Granadilla supone la construcción, tal y como se refleja en el plano adjunto, de 1.400 metros de Muelle de Ribera destinándose 200 de ellos al tráfico de mercancía general. Respecto al dique exterior, tendrá una longitud de 2.074 metros, 1.180 metros de ellos en la tercera alineación, 624 en la segunda y 270 en la primera. Se ubicaría a una distancia de 1,5 kilómetros del Muelle de Ribera con lo que se estaría en condiciones de obtener una superficie de 1,7 millones de metros cuadrados. La explanada ocupará una superficie de 68 hectáreas, sesenta de las cuales se destinarán a almacenamiento de contenedores y las ocho restantes a graneles. De esta manera, la futura instalación está planteada para que, además de permitir el desahogo del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, ofrezca con garantías perspectivas de futuro para, aproximadamente, los próximos cincuenta años. En este sentido, garantizará la maniobrabilidad de los mayores buques previsiblemente existentes en el citado periodo, de hasta 300 metros de eslora, 14 de calado y capacidad para hasta 7.600 contenedores, contando para ello, entre otras características, con un calado de 16 metros en el Muelle de Ribera y hasta 20 metros en el Dique Exterior, ubicándose éste a su vez en profundides razonables de entre 40 y 50 metros, las cuales permitirán que su ejecución sea económicamente viable. El coste estimado de esta ejecución es de 264 millones de euros, 74 millones de los cuales serán financiados mediante fondos FEDER y de COHESIÓN, y el resto será costeado por Puertos de Tenerife y la inciativa privada. Puertos de Tenerife también ha remitido ya a Madrid el Plan de Utilización de Espacios Portuarios, pieza clave para el inicio de la obra. Este puerto movilizaría unos 22 millones de metros cúbicos de áridos de cantera, términos muy razonables que demuestran lo injustificado de la propuesta de Dársena Norte para el Puerto de Santa Cruz de Tenerife.

EL PRÓXIMO HUB INTERCONTINENTAL:
El nacimiento de una nueva serie de puertos que mejorarán la logística mundial es ya un hecho que ha comenzando a manifestarse en nuestro entorno más cercano, desde Cabo Verde hasta Finisterre. Estas nuevas instalaciones, conocidas como puertos hub, tendrán como misión redistribuir la mercancía procedente de los grandes núcleos portuarios mundiales. Formar parte de esta nueva globalización de los transbordos es, sin duda, uno de los objetivos prioritarios para las principales comunidades portuarias y, obviamente, nuestra provincia no debe prescindir de este determinante proceso que garantizará en gran medida el futuro de nuestra sociedad, eliminando de nuestra economía su dependencia del sector servicios. Para que esta decisión fructifique debemos contar irremediablemente con el Puerto de Granadilla, instalación que se perfila como una de las más importantes del estado junto a Barcelona, Algeciras, Valencia y Bilbao. Este futuro puerto permitirá explotar nuestra situación estratégica de cara a África, América del Sur, la costa Este americana y el continente europeo. Apenas un dato certifica el gran valor de nuestra situación y perspectiva de éxito futuro: sólo el mercado africano mueve 4 millones de contenedores al año, por lo que consiguiendo tan sólo una octava parte del mismo moveríamos al año unas 500 mil unidades de mercancía contenerizada. Este potencial de negocio con África, con el que el puerto de Granadilla se convertiría en la central de distribución de mercancía a su costa nor-occidental, llegaría a suponer una cifra de negocio anual de 50 millones de euros. Pero no somos los únicos conscientes de este reto. El Puerto de Sines, en Portugal, trabaja ya para poner en marcha una plataforma para transbordo de mercancías; el Puerto de Tánger se ha planteando seriamente potenciar la ciudad con un puerto de las características transoceánicas, y los puertos de Agadir, en Marruecos, de Dakar, en Senegal, e incluso el de Las Palmas, han puesto en marcha nuevas estrategias más competitivas para sacar provecho de este fructífero negocio.

SANTA CRUZ DE TENERIFE Y GRANADILLA. TRABAJO CONJUNTO
De acuerdo con los estudios realizados, Puertos de Tenerife considera que en el año 2023 podríamos llegar a mover unos 25 millones de toneladas, cifras propias ya de un sistema portuario importante, que ha de tenerse muy en cuenta a nivel internacional. Para lograrlo, los puertos de Santa Cruz y Granadilla trabajarán conjuntamente, única manera de crear la sinergia suficiente que nos permita ser mucho más eficaces y ofrecer unos costos realmente competitivos. En este sentido, los resultados realizados concluyen que la demanda de mercancía que seguirá entrando por el Puerto de Santa Cruz de Tenerife todavía en el 2023 será de unos 15 millones de toneladas. El único capítulo en el que el Puerto de Santa Cruz disminuirá su actividad en relación con la actual es en la descarga de clinquer y arena, actividad que se trasladará al Puerto de Granadilla. En todo lo demás seguirá creciendo incluso hasta llegar a su techo, tal y como sucederá con los contenedores. Contando con el Puerto de Granadilla podremos empezar a tratar otras posibilidades tales como los intercambios de líneas para barcos procedentes de Europa y del Báltico con dirección a África, Cono Sur Sudamericano, parte de Brasil y costa Este de Miami. (Autoridad Portuaria de Tenerife)


Luis Suárez Trenor PRESIDENTE DE LA AUTORIDAD PORTUARIA
"Granadilla dará oxígeno al puerto de Santa Cruz"
CARMEN SANTANA. Septiembre 2003:

Luis Suárez Trenor está plenamente convencido de que "contar con la alternativa de Granadilla dará oxígeno al puerto de Santa Cruz", que ganará terreno para ampliar negocio y convertirse en el vértice del tráfico Sur/Sur. Y, desde esa convicción, deja claro de entrada que no está dispuesto a entrar en polémicas estériles. Lo único que le importa es dar información de primera mano, en esta entrevista con EL DÍA, acerca de en qué consiste exactamente el proyecto del puerto comercial de Granadilla, una infraestructura que ha sido declarada "ambientalmente viable" por el Ejecutivo central, cuenta con financiación comunitaria y que la Autoridad Porturia de Santa Cruz de Tenerife considera que dará respuesta a la necesidad de ampliar el negocio portuario de Tenerife y Canarias. -¿Está realmente agotada la capacidad de crecimiento en su actual ubicación del puerto de Santa Cruz? -A esta conclusión han llegado organizaciones económicas tan reputadas como la CEOE-Tenerife y la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Santa Cruz de Tenerife. Y en un plano institucional, se han pronunciado también en este sentido desde el ayuntamiento capitalino hasta el Cabildo insular. -En los últimos días, políticos con peso específico en Tenerife han hablado de la ampliación vía Granadilla, y no todos para posicionarse precisamente con un rotundo "sí" a favor del actual proyecto de la Autoridad Portuaria tinerfeña. -No voy a polemizar. Sólo diré que considero que casi todos los políticos que han hablado en los últimos días están diciendo lo mismo, sólo que desde distintos enfoques. Todo depende del grado de profundidad de su conocimiento sobre el proyecto en que trabaja la Autoridad Portuaria, que siempre ha tenido la firme decisión de que el puerto de Santa Cruz conserve en el futuro el nivel que tiene en la actualidad, pero explotando al máximo sus posibilidades de ampliar negocio. -Las dimensiones del nuevo puerto... -Sobre las medidas del puerto de Granadilla, de las que todos han hablado, unos con más conocimiento del proyecto que otros, esa es la verdad, quiero precisar que los trámites que se han hecho y la financiación conseguida es exclusivamente para hacer la primera fase de Granadilla, que ocupará un kilómetro y medio de línea de costa. La posibilidad de seguir ampliando se deja al criterio de las futuras generaciones. Lo que le preocupaba mucho a esta Autoridad Portuaria era evitar que lo que se haga ahora pueda convertirse en un obstáculo en el futuro; dejar el terreno despejado para la posible toma de nuevas deciciones estratégicas sobre las infraestructuras portuarias de Tenerife. -¿Cómo será la reconversión del puerto de Santa Cruz? -Todo esto de que estamos hablando forma parte de una estrategia que, en su día, esta Autoridad Porturia plasmó en un documento titulado Plan Estratégico del Complejo Portuario de Tenerife. Todas las actuaciones, que en el caso específico del puerto de Santa Cruz están reflejadas en el PIOT y en el Plan General de Santa Cruz, se han diseñado teniendo en cuenta el conjunto: Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro. Hecha esta precisión, diré que el puerto de Santa Cruz seguirá moviendo el mismo número de toneladas de mercancía que hasta ahora, unos 17 millones. La alternativa de Granadilla nace para ampliar negocio, no para restar dinamismo al recinto portuario de la capital. La Dársena de Anaga, lo que conocenos de toda la vida como el muelle, la Dársena del Dique del Este y la Dársena Pesquera no sólo van a seguir teniendo las actividades de siempre, sino que liberadas de la tensión por la falta de espacio que tiene en este momento el puerto de Santa Cruz, van a ser capaces de especializarse y de mejorar nuestra competitividad. La eficacia y la eficiencia y la calidad de servicio ya la estamos dando en este momento en el puerto, que, con imaginación ha superado la escasez de espacio y ha mejorado su capacidad para mover pasajeros, contenedores, etcétera. La dársena pesquera, en la que estamos haciendo rellenos, ya está lista para atender las necesidades de la ZEC. Las naves de Sofitesa están prácticamente llenas. Y vamos a seguir avanzando. Estamos poniendo actividad económica como puerto en el municipio de Santa Cruz. El nuevo reto ahora está en demostrar que somos capaces de rentabilizar el mercado de los cruceros de turismo. En esta Autoridad Portuaria, hace unos pocos años estábamos en 100.000 cruceristas y este año acabaremos por encima de los 450.000. Y seguiremos mejorando. Habrá una terminal dedidaca a coches. Cuando tengamos más espacio podremos darle valor añadido, a lo mejor ser el centro de distribución de coches del Archipiélago. La alternativa de Granadilla dará oxígeno al Puerto de Santa Cruz. -Hablemos del proyecto puerto- ciudad. -Vamos a ser capaces de satisfacer las demandas de los ciudadanos de tener más acceso al mar sacando del mercado portuario, de manera estricta, la Dársena de los Llanos. La idea es darle vida al frente marítimo de la ciudad y generar más riqueza con actividades como las que se desarrollarán en el Auditorio. Trabajando juntos ayuntamiento y Autoridad Portuaria, siempre en el marco del PIOT, vamos a ser capaces de conseguirlo. La fórmula para sacar el máximo partido al puerto de Santa Cruz es ésta. Y, si no sacamos adelante el proyecto complementario de Granadilla tal y como está diseñado o, en su defecto, algo muy parecido, Tenerife se convertirá en una isla menor. El que se queda quieto se muere, en términos de capacidad para competir. -¿Es imprescindible poner en marcha en Granadilla un puerto de contenedores y distribución con África? -Prefiero hablar de la Dársena de Granadilla del puerto de Tenerife que de puerto de Granadilla.Y, por supuesto, me pone la carne de gallina, por su componente malévola, el que algunos hablen de puerto industrial de Granadilla. Eso era un proyecto antiguo que, afortunadamente, no se hizo. La Dársena de Granadilla es imprescindible para complementar la capacidad de esta Isla de mover mercancías: contenedores, tráfico rodado, paletizado o a granel. La capacidad del puerto de Santa Cruz está al límite con sus actuales 17.000 toneladas, y, según nuestros estudios, la nueva instalación de Granadilla nos permitirá crecer, con el horizonte del año 2025, hasta 30.000 toneladas. Elegimos Granadilla, además, porque allí está proyectada una central térmica de gas que nos va a poner en mejores condiciones de ahorro energético y, desde luego, medioambientales. Todo esto nos da la oportunidad de convertirnos en un hub de distribución. Estamos en la punta sur de Europa y tenemos potencialidades para ser el escalón intermedio entre Estados Unidos y África. Hay un montón de cosas a nuestro favor para covertirnos en el vértice del tráfico Sur/Sur. Diversificar la economía: Hay que moverse y hacer valer estas ventajas comparativas en relación a cualquier otra ciudad de nuestro entorno próximo en un radio de 2.500 kilómetros para, aprovechando esa inversión, rentabilizarla no sólo económicamente, sino, lo que es más importante, desde el punto de vista social: creando una nueva actividad, la del comercio real con África, la del transbordo de mercancías, que generará puestos de trabajo especializados y, en consecuencia, estables y bien remunerados. Como ya he dicho, hay una primera dársena que va a cumplir estos dos primeros objetivos: empezar a entrar en el mercado del transbordo y poner las bases para abrir cauces de penetración comercial en África. -¿Cuándo empezará la obra? -La idea es sacar el proyecto a concurso a final de año y empezar las obras a mediados de 2004. -Colectivos ecologistas acaban de pedir una entrevista con la comisaria de Medio Ambiente para informarla de las graves consecuencias ambientales y sociales que, en su opinión, tendrá la construcción del puerto de Granadilla. El proyecto dará valor añadido al polígono industrial de Granadilla y diversificará la economía. -Los ecologistas tienen todo el derecho a defender sus ideas, pero en este caso les falta información. No se puede arremeter contra una obra cuya primera fase cuenta con un presupuesto de 40.000 millones de pesetas y que, en un 10%, estará dedicado a garantizar la preservación del medio ambiente, con generalidades del tipo de que va a destruir los sebadales, algo insostenible, o que perjudicará al turismo, cuando la instalación turística más próxima está a tres kilómetros. Les anuncio que crearemos una fundación o similar, con total autonomía, para que que el puerto de Granadilla se mantenga como la instalación en su categoría medioambientalmente más estudiada de España. Analizará periódicamente las aguas.

"Creo que unos pocos están confundiendo a la gente dándole información errónea. En algunos casos, sin malicia, por desconocimiento, en otros con una elevada dósis de mala idea", dice el presidente de la Autoridad Portuaria, que apostilla que "en el pasado ya ha sucedido que grupos de personas de corazón reseco, amarillo, han querido parar obras vitales para el desarrollo de Tenerife". Lo importante en este momento, en opinión de Suárez, es facilitar a la gente información de primera mano. "Que tengan la tranquilidad de saber, a ciencia cierta, que el puerto comercial de Granadilla no va a estar sobre ningún sebadal (comunidades fanerógamas marinas); que está fuera del lugar de interés comunitario sebadal del sur, que empieza a 800 metros al sur del puerto de Granadilla; que sólo ocupará un kilómetro y medio de línea de costa; que no afecta a la playa del Médano, ni a las de La Tejita y La Jaquita, y que no afecta a Montaña Pelada, de interés geológico y medioambiental". Una treintena larga de estudios científicos respalda estas afirmaciones, subraya Suárez. (Carmen Santana)

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