Tenerife
A favor del puerto de Granadilla



Puerto de Granadilla: objetivo irrenunciable. Por Juan Antonio Núñez Rodríguez (14/05/04):
Hace unos días se me acercaron dos personas para solicitarme la firma, para una iniciativa popular contra el puerto de Granadilla. Me explicaron que se quiere construir un macropuerto que acabaría contaminando todo el litoral sur de la Isla. También me explicaron que con la construcción del puerto desaparecería la arena de El Médano, Los Cristianos, Las Américas, se destruiría el paisaje y se reduciría la pesca por la desaparición de los sebadales. Como consecuencia, disminuiría el turismo, con sus tremendas consecuencias sobre el empleo. Y todo eso, para nada, el puerto es innecesario, solo beneficiará a las constructoras y a los propietarios de los terrenos aledaños, que son "los de siempre". Tal y como estaba planteada la petición y con la información que daban -cargada de una tremenda demagogia hábilmente utilizada-, era fácil caer en la tentación de firmar, pero no lo hice porque no me creí sus argumentos (entre otras razones porque ya tenía información sobre el puerto de Granadilla y no iba precisamente en el sentido en el que me estaban "informando"). Sin embargo, no creo que a mis interlocutores les haya importado mucho no contar con mi firma, pues al parecer hay otras treinta mil personas "informadas" también por estos grupos recogedores de firmas, a quienes si han convencido con sus argumentos y sí han estampado su rúbrica. La creciente tendencia de las plataformas ciudadanas a recoger firmas, parece que da muy buenos resultados. No es fácil al ciudadano de a pie negarse a expresarse contra algo que unas personas, con apariencia de muy bien informadas y mejor intencionadas, te pintan como tremendamente destructivo, sin utilidad compensatoria del presunto daño que van a producir y además innecesario. Y yo me pregunto ¿qué validez puede tener la petición de un ciudadano a quien se desinforma de esta manera, se le tocan fibras sensibles y acaba estampando su firma, aunque más tarde después de reflexionar o de obtener información complementaria sobre el particular, normalmente más cierta y precisa, cambie de opinión? Si todo esa especie de apocalipsis que nos presentan con respecto al puerto de Granadilla fuera cierto, habría que pensar que nuestros políticos, nuestros gobernantes, los responsables de los puertos, todos, se han vuelto locos queriendo su construcción. Pero este escenario de locura generalizada, todavía es más difícil de aceptar. La ubicación de un puerto industrial en Granadilla no es algo de hoy ni de ayer. En 1969, es decir, hace 35 años, la empresa consultora griega Doxiadis Ibérica en un estudio realizado para el Cabildo de Tenerife estableció el litoral de Granadilla, en la zona de la punta del Camello, como única ubicación posible de un puerto de carácter industrial capaz de superar las crecientes y ya entonces previsibles limitaciones del de Santa Cruz. Las características de corrientes, vientos, batimetría y superficie adosada en tierra, no solo convertían este lugar como el único capaz de albergar la ampliación del puerto de Santa Cruz sino, además, lo sería en muy buenas condiciones. Por ello, el Cabildo promovió la creación del polígono industrial de Granadilla en los terrenos aledaños, preservando su uso precisamente para estos fines y garantizando así la viabilidad del Puerto. También por aquella misma época, 1970, la Cámara de Comercio publicó un pequeño librito titulado El Container, del que eran autores Juan Antonio Padrón Albornoz y Antonio Carballo Cotanda, en el que con mucho acierto y visión se recogía y adelantaba la profunda revolución que se iba a producir en el transporte marítimo mundial, con la imparable introducción del contenedor. Pero el contenedor no solo iba a cambiar totalmente la concepción de los barcos y de los sistemas de gestión del transporte, sino que iba a introducir también una reconsideración total del concepto de puerto y, en este aspecto, el de Santa Cruz salía muy mal parado. Los puertos que recibieran a los buques portacontenedores, iban a necesitar, adosadas a sus líneas de atraque, grandes superficies donde manipular y depositar los contenedores.

Precisamente de esto último adolece el puerto de Santa Cruz. Dado el perfil de la Isla, nuestro puerto ha crecido a lo largo de casi siete kilómetros de costa, sin separarse de ella y huyendo de las grandes profundidades que se producen a muy pocos metros mar adentro. Esas profundidades han hecho que los grandes diques Sur y Este sirvan prácticamente tan solo de abrigo, pues su estrechez y la imposibilidad de ampliarlos, hace que sea inviable su utilización para el movimiento de contenedores. Mientras, los muelles de ribera cuentan con raquíticas explanadas que, eso sí, han ocupado toda la costa capitalina desde San Andrés hasta La Hondura, dentro de dársenas también raquíticas con calados insuficientes y posibilidades de maniobra de buques muy limitadas.

Mientras tanto, el puerto de La Luz y Las Palmas, nuestro más directo competidor, con una configuración muy diferente a la de Tenerife ha podido crecer casi sin limitación, y sigue haciéndolo, para hacer frente a un negocio al que las Islas, bajo ningún concepto, pueden dar la espalda. El Puerto, para Tenerife, ha sido y tiene que seguir siendo siempre lo primero y, para ello, es preciso seguir evolucionando adaptándose en cada momento a las necesidades y demandas de los sistemas de transporte. Es verdad que hay prevista una actuación en la dársena Este del puerto santacrucero que va a permitir el aumento de la línea de atraque y de las explanadas. Pero eso no será más que un apaño que no va a garantizar, ni mucho menos, el futuro del tráfico portuario de nuestra Isla, especialmente en lo que se refiere al creciente negocio de la distribución internacional. Tenerife necesita contar con un puerto capaz de garantizar la evolución actual y futura del tráfico marítimo, a la vez que captar nuevos tráficos y, para ello, debe repetir la experiencia que ya tiene en materia aeroportuaria. Cuando Los Rodeos se mostró incapaz para hacer frente con garantías y suficiencia al reto del transporte aéreo se construyó el Reina Sofía y hoy la Isla cuenta con dos magníficos aeropuertos sin que, el del Sur haya menoscabado el desarrollo de Los Rodeos, sino que, por el contrario, se complementan el uno al otro. Y lo mismo debe pasar con los puertos de Granadilla y de Santa Cruz.

Tenerife y el aumento del tráfico de contenedores en España:
En los últimos tiempos, España se ha convertido en una auténtica plataforma de distribución internacional en el transporte marítimo. Según datos referidos al primer semestre de 2003, el crecimiento del tráfico de contenedores en tránsito por los puertos españoles en relación a igual período de 2002 fue del 23,6 % . Entre enero y julio de 2003, pasaron en tránsito 1,89 millones de teus (Unidad homogénea equivalente a un contenedor de veinte pies), lo que significa el 43,43% del tráfico total de contenedores del sistema portuario español. Pero este es un porcentaje en alza, pues en el mismo período del año anterior se habían movido 1,53 millones de teus que representaban el 38,57% del total. Es decir que en un año, el peso relativo del tráfico de contenedores en tránsito ha subido cinco puntos suponiendo ya casi la mitad del total. Dentro de los puertos españoles, Algeciras ocupa de forma destacada el primer puesto en el tráfico de distribución internacional, de tal modo que, refiriéndonos siempre al primer semestre de 2003, en ese puerto se movieron en tránsito casi un millón de teus, lo que representa el 93,82% de su tráfico total y con un crecimiento con respecto al año anterior del 18,62%. Tras Algeciras, Valencia movió 290.425 teus en tránsito, con un crecimiento del 26,21%. En tercer lugar, se halla Las Palmas con 236.735 teus en tránsito, prácticamente la mitad del total de contenedores movidos y con un crecimiento espectacular de nada menos que el 77,92% con respecto al período anterior. Santa Cruz de Tenerife, ocupa el quinto lugar entre los puertos españoles, detrás, y a enorme distancia de Barcelona. Nuestro puerto movió tan solo un total de 6.666 contenedores en tránsito lo que significa nada más que el 3,28% del total de los 202.905 contenedores movidos por el puerto de la isla en ese período. O lo que es lo mismo, el 0,0036% del total español. En otras palabras, el puerto de Santa Cruz mueve tan sólo los contenedores cuyo origen o destino es la Isla, lo que significa que el importante negocio de la distribución internacional no existe en Tenerife. Pienso que las cifras cantan. Tenerife está perdiendo el tren de este sustancial negocio, generador de una importante actividad y necesario para diversificar nuestra estructura productiva. Y está perdiendo el tren, porque no tiene una estación adecuada. Tenerife, desde el siglo XV al XX ha estado situado en una zona estratégica en el transporte marítimo entre Europa, América y Africa y a su calor se ha desarrollado su puerto y con él la Isla. En este siglo XXI sigue estando en la misma posición estratégica, pero no está suficientemente dotada de las infraestructuras precisas para este reto del futuro, un futuro que ya es presente. Tenerife no puede renunciar al puesto que le corresponde y que puede alcanzar operando esta importante fuente de riqueza y para ello necesita un puerto con unas superficies en tierra suficientes y en el que puedan operar incluso los grandes portacontenedores actuales capaces de transportar hasta 7.000 teus y que precisan calados de hasta 16 metros y eso, sólo se puede conseguir en el puerto de Granadilla.

Ante todo esto y sin haber entrado en la otra función fundamental de este puerto, como es la construcción de una estación de regasificación que permita sustituir el uso del fuel por gas en las centrales eléctricas, es difícil no llegar a la conclusión de que este puerto es una necesidad vital para la Isla y que renunciar a él es una injustificable frivolidad. Y ello, sin duda, no excluye sino que por el contrario lo exige, que deba construirse con todas las garantías en cuanto a su impacto medioambiental, de tal modo que se minimicen o anulen las posibles consecuencias negativas que su construcción pudiese generar. Por todo ello, porque bajo ningún concepto quería contribuir a esta suicida renuncia de la Isla, yo no incluí mi nombre en aquel pliego que me presentaron contra el puerto de Granadilla.
(Juan Antonio Núñez Rodríguez. Zona Especial Canaria)


José Fernando Rodríguez de Azero. CEOE-Tenerife:
Hay que tener en cuenta que la economía canaria requiere una mayor diversificación para no depender, de forma casi exclusiva, de la actividad turística, de modo que la realización de esta infraestructura portuaria en Granadilla constituirá un acicate en esta dirección. El futuro puerto de Granadilla aportará progreso, además de nuevas posibilidades complementarias a las del puerto de Santa Cruz, como uno de sus aspectos fundamentales y necesarios para el desarrollo económico de Tenerife, configurándose como un puerto competitivo, capaz de operar al mismo o mejor nivel que el resto de puertos geográficamente cercanos. En el futuro recinto del sur tinerfeño se podrán establecer nuevas actividades económicas que aportarán un valor añadido indispensable en nuestra región y que situarán a Tenerife, en particular, y a Canarias, en general, en una posición competitiva en el mercado internacional. La globalización económica es un hecho; todos somos conscientes de que nos desenvolvemos en un entorno cada vez más cambiante y competitivo. Todo ello obliga a las distintas economías a adaptarse para poder seguir operando en los mercados internacionales. La puesta en marcha del proyecto portuario de Granadilla debe ser consecuente con el desarrollo sostenible de nuestra Isla, entendido como "aquel conjunto de actuaciones que permitan el desarrollo de un determinado territorio y de los que viven en él, considerando, local y globalmente, tanto los aspectos económicos como los ambientales y sociales, teniendo en cuenta no sólo a la población actual sino también a las generaciones futuras", concepto que cuenta con la convicción y apoyo de los empresarios. Desde el sector empresarial defendemos, por tanto, la puesta en marcha de este importante proyecto, que contribuirá a que Tenerife cuente con un sistema portuario de primer orden internacional que repercuta, sin ninguna duda, en la generación de riqueza y empleo en nuestra región. Las consecuencias derivadas de la no-ejecución de este proyecto supondrían un importante retroceso en el desarrollo económico y social de nuestra Isla, al tiempo que perderíamos una oportunidad trascendental para situarnos a la altura de las circunstancias que exige nuestro entorno.


Infraestructuras y crecimiento. Por Juan Henríquez (09/07/04):
Tengo un amigo que es arquitecto, una amistad reciente, pero noble. Resulta que hace unos días sosteníamos una conversación sobre el crecimiento poblacional y de infraestructuras de Santa Cruz. Cuando la voz autorizada del arquitecto, mi amigo, comentó que Santa Cruz debería "crecer hacia arriba", me dejó confundido. Yo que siempre había estado en contra de los rascacielos, por el vértigo que me daría vivir en esas alturas y porque afean la ciudad, ante la explicación técnica de mi amigo, acepto corregir mi error. Cuento esta anécdota porque muchos amigos y casi todas las tertulias -por llamarlas de alguna manera- radiofónicas y televisivas, para oponerse a la media docena de grandes proyectos (Puertos de Santa Cruz y Granadilla, anillo insular, tendido eléctrico, segunda pista del 'Reina Sofía' , tranvía-tren, ampliación autopista del Sur, etc.) esgrimen que nada tienen que ver con el crecimiento económico y la calidad de vida de los ciudadanos. Y como no quieren bajarse del burro, intentan doblegar mi opinión , que es favorable a que se hagan todas esas obras, echando mano de la prioridad que tienen los hospitales del Sur y del Norte, apuntalándolo con las bolsas de pobreza a las que hay que combatir. ¡Pues claro! Los hospitales son una demanda social que hay que atender, y si no se hacen es porque no existe una voluntad política clara de hacerlos; porque los intereses creados, y esta parte la silencia el PSC-PSOE, en la sanidad privada tienen una fuerte influencia entre nuestros políticos, a los que les custa decidirse entre si seguir la cuerda de la actividad privada o cumplir de una vez con la promesa electoral. Y en cuanto a las bolsas de pobreza, su erradicación tien mucho que ver, precisamente con las infraestructuras y el crecimiento económico. Mis amigos son buena gente, pero cabezones. Me obligan a investigar y recurrir a científicos y especialistas en la materia para demostrarles que la inversión en infraestructuras tiene una directa incidencia en el crecimiento económico, y por ende, en el empleo, el bienestar social y la calidad de vida. ¡Ni por esas! Se ha dicho que

    "el desarrollo como proceso requiere de elementos que hagan de él un sistema dinámico en el cual el crecimiento económico marca las pautas del desarrollo de la región. Por consiguiente, la dotación de infraestructuras en una región condicionan el desarrollo económico, por ello el papel importante que juegan las políticas públicas en una región, para reducir los desequilibrios territoriales".

Mis amigos son demagogos. Insisto, son buena gente, honradas y sinceras. Los demagogos están en otros escenarios creadores de opinión. Esos sí que nos machacan cada día contra los grandes proyectos, que, dicen, no son necesarios ni prioritarios. para ellos, detrás de cada una de esas obras, siempre hay un 'pelotazo' que lo justifica... Pero después resulta que tienen la lengua y la pluma fácil para culpar a Gran Canaria de los males de Tenerife. ¡Por favor...! A nadie con dos dedos de frente se le ocurriría oponerse a los hospitales del Norte y del Sur, ni a construir más residencias para ancianos, ni crear más guarderías, ni a mejorar la educación y la cultura, ni a que los puestos de trabajo sean para los nativos, ni a que los salarios de los canarios se equiparen a la media europea, etc. A la cabeza de este paquete reivindicativo, un servidor de ustedes. Pero, por favor, no estemos todo el día mirándonos el ombligo y culpando a factores externos de nuestros males. Llevamos un tiempo en que la minoría viene imponiendo sus ideas frente a la mayoría, y ya está bien. Me tiran en cara que no tome en consideración -que es falso- las 50.000 firmas recogidas contra el puerto de Granadilla. Pero lo que no medicen es cuántas de esas firmas son de Tenerife, y para mayor concreción, cuántas son de los ciudadanos del Sur. Soy defensor del medio ambiente y de la naturaleza, es decir, que a ecologista no hay quien me gane; de obviarlo o silenciarlo, no tengo la menor duda que me condenarían por 'depredador' de los espacios naturales. Y de eso ha de dejar constancia un servidor , ¡hay que ver!, que por no tener, "no tengo... ni cargo de conciencia", que decía 'Crosita'. (Juan Henríquez)


Los empresarios se mojan. Por Manuel Iglesias (01/07/04):
La celebración en el recinto ferial de Santa Cruz del "Foro para el progreso y futuro de Tenerife", convocado conjuntamente por la CEOE y la Cámara de Comercio, Industria y Navegación, para tratar sobre la necesidad de determinadas obras de infraestructuras en la Isla, representa un cambio cualitativo en el panorama socio-económico insular. Es preciso valorar que la propuesta de los distintos proyectos como el puerto de Granadilla, la nueva pista del aeropuerto del Sur, el cierre del anillo insular con la conexión Norte-Sur, etcétera, además de que tenga una aquiescencia que se le supone a título individual en estos casos, ahora se plantea también como una demanda de un colectivo. En ese sentido, los empresarios 'se mojan'. Ya se ha señalado en este mismo espacio que el sector empresarial en los últimos años ha estado bastante retirado de la confrontación pública en asuntos de gran interés y ha desarrollados sus posiciones casi siempre sólo en el ámbito de los medios informativos, pero no ha acudido al terreno de la sociedad, para debatir las ideas y exponer sus posiciones. Ahora no se puede decir que sea exactamente así. Se podrá estar de acuerdo o no con sus manifestaciones, que eso es otro asunto, pero ya no se debe ignorar que han puesto sobre la mesa unas opiniones que hay que tener en cuenta y que, en caso de ser rechazadas, necesitan de argumentaciones de por qué y un análisis de sus consecuencias. Decir no al puerto de Granadilla porque se ha construido mucho turísticamente, como se ha escuchado en estos días a sus opositores, es mezclar cosas distintas. ¿Qué tiene que ver la necesidad en materia de transportes con la moratoria de la construcción turística? Hay infraestructuras que se van a necesitar por la transformación de los sistemas de recepción y manipulación de mercancías marítimas en todo el mundo, que son cosas ajenas a que se levanten más hoteles. Con los cambios que vienen ya es suficiente para entender la necesidad de las mejoras. También se escucha a algunos la negativa a la construcción de una nueva pista en el aeropuerto del Sur, porque, se dice, actualmente no es necesaria. Es posible que no sea necesaria hoy, pero sí es seguro que con el índice de crecimiento económico lo será en el futuro. ¿Se va a esperar al colapso para entonces poner medidas? El aeropuerto de Gando, en Gran Canaria, se ha ido expandiendo y desarrollando -allí no hay críticas- y no parece que ello haya perjudicado a aquella isla sino todo lo contrario. Si Tenerife quiere explorar nuevos ámbitos de actuación comercial, social y política hacia los cercanos países africanos, tiene que tener las dotaciones de aéreas necesarias para convertirse en un centro logístico de referencia en la zona. Y eso no se puede hacer si no se cuenta, previamente, con las infraestructuras convenientes. Eso no quita para que la asamblea de los empresarios tenga aspectos que chirrían. Uno, la carencia de debate, que se compagina poco con algo que se califica de "foro" y que debía estar abierto a la confrontación de las ideas. Dos, que no se haya permitido intervenir al consejero de Infraestructuras, Antonio Castro Cordobez, para explicar, precisamente, la situación de las mismas y el por qué de los retrasos. Quizás es que se evitó para no poner nombre y apellido de alguna o algunas instituciones en la responsabilidad de las demoras y eludir así potenciales choques políticos. En fin, los empresarios son un elemento fundamental en una sociedad moderna. No necesariamente van a tener en lo que plantean, pero tampoco hay que otorgarla obligatoriamente a aquellos que se sitúan en las otras orillas. Posicionarse, como han hecho públicamente en este foro, es muy positivo para una sociedad que se enfrenta a importantes retos de un futuro cuyo diseño -sin entrar a decidir si será o no mejor de una manera u otra- pasa imprescindiblemente en decidir si realizamos o no estas infraestructuras.

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