MAR
Orientación de las tortugas



Vagabundos del océano Atlántico. Por Philip Whitfield:
[...] Cada dos o tres años, las tortugas verdes [Chelonia mydas] que viven frente a las costas de Brasil, alimentándose de algas marinas, nadan hasta la isla de Ascensión, en medio del Atlántico sur, para aparearse y poner sus huevos en la misma zona -y muchas veces en la misma playa- donde ellas salieron del cascarón. La isla es una minúscula mota de tan sólo 8 km de diámetro, situada a 2250 km de distancia, a pesar de lo cual las tortugas consiguen localizarla. ¿Qué ruta siguen las tortugas? ¿Cómo se orientan y qué las impulsa a emprender el viaje? Desde luego, su ruta podría estar determinada por las corrientes oceánicas del Atlántico, pero se hace difícil creer que sea ésta la causa. En primer lugar, las corrientes oceánicas no son constantes, y se interrumpen con frecuencia a causa del viento o de otras corrientes; en segundo lugar, seguir las rutas indirectas de las corrientes tomaría mucho tiempo, y ¿de qué iban a alimentarse durante el trayecto las tortugas, que son animales herbívoros? En tercer lugar, las aguas de las corrientes oceánicas pueden ser muy frías, en especial las de la corriente del Viento Oeste del Sur, cuya temperatura puede bajar hasta 4,5 grados C, un nivel letal para las tortugas. La ruta más probable es la directa hacia el este, en contra de la corriente Ecuatorial del Sur, que fluye hacia el oeste. De ser así, las tortugas se amoldarían a la pauta clásica de migración de los animales acuáticos. Los individuos adultos y vigorosos nadan contra la corriente, y los jóvenes débiles e inexpertos se dejan arrastrar por ella.

Teorías sobre la orientación:
Suponiendo que las crías recién nacidas conserven impreso en la memoria el olor o el sabor de las aguas de Ascensión, que sintieron la primera vez que se adentraron en el mar, esta ruta permitiría a los adultos que regresan detectar las posibles efusiones de la isla en la corriente Ecuatorial del Sur. Luego, les bastaría seguir el olor o este sabor corriente, hasta llegar a divisar la isla. Es bastante probable que puedan verla desde unos 30 km de distancia, ya que el monte Verde se alza a 1524 m sobre el nivel del mar, y su cima suele estar cubierta de nubes que se alzan a mucha más altura. Otro posible indicio serían las aves marinas que vuelan entorno a la isla. Pero aun suponiendo que la isla de Ascensión emita algo que las tortugas verdes son capaces de detectar, todavía queda por explicar cómo se orienta la tortuga en pleno océano para llegar a la isla. Según una teoría , las tortugas poseen algún órgano que les permite navegar siguiendo las estrellas. Otra hipótesis, con más visos de posibilidad, sugiere que poseen un sentido de orientación que les permite determinar la altura del sol a mediodía, y de este modo precisar la latitud a la que se encuentran. Según esta teoría, las tortugas se desplazan hacia el norte o hacia el sur siguiendo la costa de Brasil, guiadas por su sentido del olfato o del gusto, hasta que llegan al punto donde tocaron tierra por primera vez cuando eran jóvenes. Este punto debe encontrarse aproximadamente a la misma latitud que la isla de Ascensión. A partir de aquí, las tortugas nadan hacia el este, en contra de la corriente Ecuatorial del Sur, valiéndose de su sentido de orientación para mantener siempre en la misma latitud, hast acercarse a la zona en que sus otros sentidos captan las misteriosas emisiones de la isla. Pero esta teoría no explica cómo corrigen su ruta para rectificar las desviaciones provocadas por el viento o las fluctuaciones de las corrientes marinas.

Investigación y seguimiento:
Para verificar estas teorías, habría que seguir toda la trayectoria de una tortuga adulta, pero hasta ahora no se ha conseguido tal cosa. Para seguirlas en desplazamientos cortos, la Universidad de Florida ha utilizado boyas remolcadas por la tortuga, con un globo de helio que indica la posición; para recorridos más largos, se han empleado transmisores de radio montados en la concha de las tortugas. Es muy posible que las tortugas verdes colonizaran la isla de Ascensión de manera accidental, al ser arrastradas algunas hembras hasta allí desde las costas de Africa occidental, ya que parece que algunas tortugas africanas han llegado de este modo hasta las costas de Brasil. A continuación, la evolución selectiva se habría encargado de que las crías conservaran impresa una información que les permitiera regresar a la isla al hacerse adultas, para reproducirse allí. Pero el misterio sigue en pie ¿Cómo es posible que haya sobrevivido una colonia de tortugas que llegó por casualidad a desovar en una isla remota situada en mitad del océano, cuando para ello habrían necesitado delicadísimos órganos de los sentidos, que no posee ninguna otra tortuga? (Philip Whitfield)


Canarias: Avisos por tortugas varadas:
Cuando se encuentra una tortuga o cualquier animal varado en una playa lo primero que hay que hacer es llamar al 1-1-2 que avisarán a los veterinarios con experiencia en tortugas marinas pues algunas actuaciones sobre estos animales pueden ser perjudiciales para los mismos. Es vital no quitarles los pequeños cangrejos que llevan encima o alrededor de la cola pues se trata de crustáceos beneficiosos para ellos pues los limpian de parásitos. Es muy importante no tirar basuras al mar pues las tortugas comen medusas y confunden las bolsas de plástico con alimento y se atragantan con ellas. Además, otro gran peligro para estos animales son las anillas de plástico que unen las latas de cerveza y refresco pues aunque se tiren a la basura en el contenedor las bolsas suelen abrirse y estas anillas son transportadas por el viento hasta el mar. Las tortugas meten sus aletas o la cabeza en estas anillas y, al crecer, se estrangulan o pierden las aletas. (Verónica Martín)

    Fundación Neotrópico:
    Se hace cargo de los animales requisados en los controles de puertos y aeropuertos. Sus instalaciones dan cobijo a numerosos ejemplares de variadas especies. Entre noviembre de 2005 y diciembre de 2006 se han rescatado 78 tortugas que suelen soltar ante la presencia de alumnos de los 30 colegios que ya han organizado visitas a las sueltas.

El biólogo Luis Felipe López Jurado fue el gran impulsor del Plan de Ampliación del Hábitat Reproductor de la Tortuga Boba en la Macaronesia. Es profesor titular de Zoología, Biología y Conservación de Animales Vertebrados en la Universidad de Las Palmas. A él debemos el descubrimiento de la musaraña canaria, único mamífero herbívoro. Identificó lo que Antoñito el Farero le enseñó: unos ratones trompudos. Llevó a cabo durante décadas investigaciones sobre la foca monje y las tortugas marinas. Entre las especies que pueden verse en Canarias están Caretta caretta, Dermochelys coriacea, Lepidochelys kempi, Eretmochelys imbricata, Chelonia mydas y la rara Lepidochelys olivacea de afinidades tropicales.


Convenio de la Fundación Biodiversidad con Fundación Oceana (2005):
Para la protección de hábitats marinos de especial importancia y recuperación de las poblaciones de tortugas marinas. La importancia de los ecosistemas marinos en el medio ambiente, no sólo por la dimensión que ocupan sino por su influencia en las dinámicas naturales a nivel global, los recursos naturales que aporta, la inmensa biodiversidad que alberga y las amenazas a las que se ven expuestos es indudable. En contraposición a este hecho, es evidente la falta de protección de estos ecosistemas dentro de la Unión Europea. Esta deficiencia se pretende abordar en los trabajos de revisión de la Directiva de Hábitats que se realizará en 2007 e incluir varios de los hábitats marinos. Esta carencia viene motivada, entre otros motivos, por una notoria falta de información en lo referido a ecosistemas marinos, especialmente en comparación con los terrestres. Por ello se hace necesario realizar investigaciones que aporten un acopio de material científico y de datos actuales sobre el estado de los mares y océanos al Gobierno español y a la Unión Europea. El otro aspecto fundamental que aborda este proyecto son las tortugas marinas, de las que existen ocho especies actualmente conocidas, cinco de las cuales utilizan habitualmente las costas orientales del Atlántico como lugar de migración, una vez transcurrida su fase reproductiva en las costas caribeñas y del Atlántico norteamericano. Estas especies se encuentran expuestas a múltiples amenazas, especialmente debido a la captura accidental por la pesca de palangre, siendo su biología aún desconocida en muchos aspectos. Por estos motivos, el presente convenio tiene por objeto la identificación, localización y documentación de hábitats marinos susceptibles de ser incluidos en la revisión de la legislación nacional y europea y la caracterización de las zonas de importancia en la biología de las tortugas marinas para contribuir al desarrollo de planes de gestión y conservación de las mismas. Se realizarán trabajos de investigación con inmersiones en el Mar de Alborán, las Azores, el Gorringe-Bank y el Mar Balear y se editará material divulgativo y audiovisual, así como informes técnicos y legales que sirvan de base para las propuestas del Ministerio de Medio Ambiente a la Unión Europea. Con todo ello se persiguen los siguientes objetivos:-Recopilar información sobre hábitats clave en Europa para presentar una propuesta a la Unión Europea para proteger e incluir ecosistemas marinos y especies que habitan los mismos.-Identificar zonas para prohibir el uso de artes destructivas de pesca-Identificar las vías migratorias y zonas donde se concentran las tortugas bobas (Caretta caretta) en el Atlántico Este.-Desarrollar programas para evitar las capturas accidentales de las tortugas por parte de la flota palangrera en esta zona.


Estudio sobre hábitats marinos a proteger (2007):
Sólo el 0,5% de la superficie terrestre protegida se encuentra bajo los mares. Para tratar de resolver esas desigualdades la organización no gubernamental Oceana y la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Medio Ambiente, han presentado un estudio que establece qué hábitats marinos merecen ser protegidos. Después de 10.000 millas de aguas marinas europeas, más de 200 horas de inmersiones, otras tantas de grabaciones, 5.000 fotografías y unas vueltas con un robot submarino, los investigadores de Oceana han estudiado e identificado 30 hábitats y han presentado una propuesta a la Unión Europea para que los incluya en su legislación para conservar la naturaleza. Actualmente, según los datos que ayer ofreció la ONG, sólo 9 de los más de 200 ambientes protegidos por Europa son marinos. En su informe, Hábitats en peligro. Propuesta de protección de Oceana, la organización establece qué tipo de ambientes con una serie de condiciones para la vida de las especies deberían ser protegidos. Montañas submarinas, gases constructores, hábitats pelágicos, desiertos marinos, arrecifes de coral, prados de algas verdes, sotobosques de algas pardas, prados mixtos de algas fotófilas... Dicho así no dice nada, aunque las fotos que incluye el estudio sí ponen algo de luz en las profundidades del océano. El director para Europa de Oceana, Xavier Pastor, señaló ayer la importancia que representan estos ecosistemas y afirmó que requieren una protección urgente si se quiere preservar el patrimonio natural presente en el entorno europeo. Pastor explicó que si la UE acoge la propuesta los países miembros tendrán que proteger al menos un 10% de los que se encuentran bajo su jurisdicción. Además, durante el proceso de investigación, los científicos añadieron un estudio sobre los movimientos migratorios de las tortugas, una especie que suele ser pescada accidentalmente en diferentes artes de pesca. El secretario general para el Territorio y la Biodiversidad, Antonio Serrano, que presentó el estudio de Oceana, indicó algunos ejemplos de la acción gubernamental en pro de la defensa de los hábitats marinos: la Ley de Parques Nacionales (que está a punto de aprobarse en el Senado), la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad (que se espera que en marzo vaya al Congreso) y el compromiso de establecer un plan de protección de los recursos marinos. Los planes del Gobierno pasan además por regular el tráfico de buques y el aprovechamiento de los recursos pesqueros. La razón de por qué tanto cuidado con un medio tan poco visible para los ciudadanos está en la preservación de le biodiversidad. El objetivo de la UE iniciado con la Directiva Hábitats en 2003 era detener la pérdida de biodiversidad en 2010, pero esa meta está muy lejos de cumplirse según la mayoría de informes científicos. Los últimos estudios han puesto de manifiesto la desaparición de especies y el más que probable colapso de la pesca en 2050. Es decir, que la pérdida de todo este bosque natural en el fondo del mar no se queda en la mera desaparición de un museo sólo visible para los científicos y los aficionados al submarinismo, sino en una pieza clave para preservar otras especies que luego llegan a las mesas de los restaurantes.

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