Calamares gigantes:
Existen realmente y se conocen científicamente bajo el nombre de Architeuthis, aunque sólo hasta hace poco se ha conseguido capturar algún ejemplar. Desde el origen de la navegación en el norte de Europa se hablaba de una bestia terrible que con sus grandes tentáculos arrastraba a los navíos y sus tripulantes al fondo marino. Era el Kraken, un animal que se creía producto de la febril imaginación de los marineros... pero que se ha demostrado real desde que empezaron a encontrarse los cuerpos varados de calamares gigantes muertos en las playas.
Fue en 1856, cuando Johannes Japetus Smith Steenstrup le atribuyó un nombre genérico a los calamares gigantes: Architeuthis, que ha pasado a ser el nombre científico.
El pasado Septimebre del 2002 se atrapaba uno en el caladero de Carrandi, a 40 kilómetros al noreste de la costa gijonesa. El hallazgo del architeuthis macho demostró que Carrandi es un verdadero 'santuario' de los animales de esta misteriosa especie. El ejemplar atrapado ocupa un lugar privilegiado en la exposición de la Coordinadora para el Estudio y la Recuperación de las Especies Marinas (Cepesma) en la localidad asturiana de Luarca que, con 15 calamares gigantes, es la más importante del mundo. El ejemplar en cuestión mide seis metros y pesa 50 kilos. Existe así mismo un proyecto científico denominado Kraken que pretende filmar al calamar gigante en su hábitat natural.
Características principales:
Los taningia danaes son sus hermanos pequeños, con menor longitud y peso, pero medidas igualmente descomunales.
Los cachalotes son los únicos predadores conocidos del calamar gigante. Los científicos aseguran que, por las marcas encontradas en algunos cachalotes, estos calamares podrían llegar a pesar una tonelada (mil kilos !!)
En esta especie, el tamaño de los machos es muy inferior al de las hembras, que crecen al ritmo de 40 kilos por año y pueden alcanzar los 20 metros de largo, pesando alrededor de 200 kilos.
Los calamares gigantes disponen en la terminación de dos de sus tentáculos, de unas estructuras llamadas fotóforos, los mayores órganos luminescentes de la naturaleza, del tamaño de una pelota. No se sabe a ciencia cierta su utilidad, pero los investigadores intuyen que les sirven para atraer a sus presas y comunicarse entre sí. Además, poseen párpados, con los que pueden hacer 'guiños' y con ello juegos de luces. Los calamares gigantes poseen además un órgano sexual de 75 cm y uno de repuesto por si lo perdieran.
(Gloria García)
Muertes de cefalópodos por ondas de frecuencia media:
Las ondas de frecuencia media utilizadas en las exploraciones geológicas para determinar la existencia de hidrocarburos en la plataforma submarina pueden afectar al organismo de los calamares gigantes y ocasionarles la muerte. Angel guerra, uno de los investigadores del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo que participó en la Operación Kraken, que intentó sin éxito filmar calamares gigantes vivos frente a la costa de Asturias, dijo que "existen indicios suficientes" para pensar que la muerte de grandes cefalópodos obedece a "causas externas". Entre septiembre y octubre de 2001 y en octubre de 2003 se registraron varamientos de calamares gigantes en la costa del Cantábrico coincidiendo con operaciones de barcos que realizaban estudios geofísicos del fondo marino del Golfo de Vizcaya mediante sondas de ondas expansivas de frecuencia media, según indicó el investigador . Guerra dijo que las necropsias de estos animales determinaron daños en los sistemas circulatorio, nervioso y auditivo que podrían adjudicarse a estas ondas, en un efecto similar al comprobado en algunos que habitan zonas de mucha profundidad. La hipótesis fue respaldada por el catedrático de Patología Animal de la Universidad de Las Palmas, Antonio Jesús Fernández, que se comprometió a colaborar en una investigación en esa línea.
Cefalópodos:
Los cefalópodos constituyen una de las clases más importantes del fillum de los moluscos y son uno de los grupos de animales invrtebrados más evolucionados que existen. Son todos marinos, con una cabeza voluminosa, unos ojos muy desarrollados y una boca provista de un pico córneo, rodeada por 8 o 10 brazos con ventosas. El cuerpo está cubierto por el manto y presenta una cavidd ventral que desemboca hacia la parte delantera de un embudo, el llamado sifón. Por dilatación del manto, el agua penetra en la cavidad y, al ser expulsada a presión mediante el sifón, dota al animal de un sistema de locomoción por propulsión a chorro. Además de esto, muchos poseen aletas que hacen de timón y facilitan la natación. Las branquias y demás órganos sehallan en el interior de la cavidad del manto. Los conductos sexual y anal, así como la bolsa de tinta, vierten al sifón. El animal puede protegerse del ataque de un enemigo expulsando tinta, con lo que el agua se enturbia a su alrededor y le permite la huida. Además, muchas especies pueden cambiar su cololoración (mimetismo) adaptándola a la del medio y pasando así desapercibidas. Los cefalópodos son depredadores que se alimentan de peces, crustáceos y diversos bivalvos. A su vez, tienen numerosos enemigos, como por ejemplo el cachalote y el mismo hombre.
En la época de la reproducción, uno de los tentáculosdel macho se utiliza para almacenar los espermatozoides y depositarlos en la cavidad del manto de la hembra.
Los cefalópodos tuvieron su apogeo hace unos 400 o 500 millones de años. Se han determinado más de un millar de especies extinguidas y unas 600 vivientes.
Según el número de branquias sean 4 o 2, se les divide en dos grupos: tetrabranquios y dibranquios, respectivamente. La mayoría de los tetrabranquios son fósiles; una excepción notable es la especie viviente Nautilus pompilius, que tiene un caparazón externo en espiral y gran número de tentáculos, pero que carece de bolsa de tinta y de ventosas. Vive en los océanos Indico y Pacífico.
Los dibranquios, a su vez, se subdividen en decápodos y octópodos, según el número de tentáculos que posean. En este grupo, la concha se halla muy reducida y es interna o bien inexistente. Los decápodos disponen de dos tentáculos más largos que los restantes e incluyen especies como la jibia o sepia (Sepia officinalis), de unos 30 cm de largo y común en el Mediterráneo; el calamar (género Loligo), de unos 50 cm de longitud, comestible y que se encuentra en el mar del Norte, y el calamar gigante.
El pulpo (Octopus vulgaris) es el de mayor tamaño y puede llegar a medir 3 metros; es muy común y se extiende por todos los océanos, excepto el Artico.
Darwin en Cabo Verde:
Un Octopus o pulpo, me interesó también mucho, y pasé largas horas estudiando sus costumbres. Aunque abundan en los charcos que deja la marea al retirarse, estos animales no son fáciles de coger. Por medio de sus largos tentáculos o brazos y de sus ventosas o chupadores, consiguen meterse dentro de grietas muy estrechas; y, una vez allí, necesita emplearse mucha fuerza para hacer que salga. Otras veces se lanzan con la rapidez de una flecha, llevando la cola adelante, de un lado a otro del charco, y al mismo tiempo coloran el agua, difundiendo en torno suyo una especie de tinta de color castaño oscuro. Estos animales tienen también la facultad de cambiar de Color para ocultarse a la vista. Parecen variar los matices de su cuerpo según la naturaleza del terreno sobre el cual pasan: cuando están en un sitio donde es poco profunda el agua, suelen presentar un color de púrpura parduzco; pero cuando se les coloca encima de la tierra o en un sitio donde es poco profunda el agua, ese tinte oscuro desaparece y lo reemplaza un color verde amarillento. Si se examina más atentamente el color de estos animales, se ve que son grises y tienen manchas numerosas de un color amarillo fuerte; algunas de esas manchas varían de intensidad, otras aparecen y desaparecen de continuo. Estas modificaciones de color se efectúan de tal modo, que parece como si se vieran pasar constantemente sobre el cuerpo del animal nubes de colores que varían del rojo jacinto al rojo castaño. Toda parte de su cuerpo sometida a un ligero choque galvánico se pone negra; puede producirse un efecto análogo aunque menos marcado arañándoles la piel con una aguja. Estas nubes o llamaradas de color, como pudieran llamarse, dícese que son producidas por la dilatación y la contracción sucesivas de unas vesículas muy pequeñas que contienen fluidos diversamente coloridos.
Este pulpo manifiesta su facultad de cambiar de colores lo mismo cuando nada que mientras está quieto en el fondo del agua. Uno de estos animales que parecía darse perfectamente cuenta de que le estaba yo vigilando, me divertía mucho empleando todos los medios posibles para librarse de mis miradas. Permanecía inmóvil durante algún tiempo y después avanzaba furtivamente el espacio de una o dos pulgadas, como hace el gato que trata de acercarse a un ratón; algunas veces cambiaba de color; avanzó así hasta que habiendo llegado a una parte del charco donde el agua era más profunda, se lanzó envolviéndose en una nube de tinta para ocultar el agujero donde se había
refugiado.
Más de una vez, mientras buscaba yo animales marinos, con mi cabeza a unos dos pies por encima de las peñas de la costa, recibí en la cara un chorro de agua acompañado de un leve ruido discordante. Al pronto buscaba en vano de dónde venía aquel agua; luego descubría que la arrojaba un pulpo; y por muy escondido que estuviera dentro de un agujero, ese chorro me hacía descubrirle. Este animal tiene ciertamente el poder de arrojar agua; y estoy convencido de que puede apuntar y dar en el blanco con bastante buena puntería, modificando la dirección del tubo o sifón que tiene en la parte inferior de su cuerpo. Estos animales llevan con dificultad la cabeza, por lo cual les cuesta mucho trabajo arrastrarse cuando se les pone encima del suelo.
Conservé uno de ellos durante algún tiempo en el camarote y advertí que emite una
ligera fosforescencia en la oscuridad. (Darwin, Viaje de un naturalista alrededor del mundo (1845), Cap.I)
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