Ultimos años de dominación española:
La progresiva decadencia de los últimos Austrias repercutió en el abandono militar en que se hallaba sumido Perú, que sufrió dos ataques británicos (1708 y 1709) en el transcurso de la guerra de Sucesión de España; la reestructuración militar la llevó a cabo en la segunda mitad del s.XVIII el virrey Amat. Los continuos abusos de las autoridades provocaron varias sublevaciones indígenas; entre ellas la del indio José Gabriel Condorcanqui, autodenominado Túpac Amaru II (1780-1781), sublevaciones capitalizadas por los criollos, que ya tenían sentimientos emancipadores.
El virrey corrupto Manuel Amat se apropió de todas las riquezas que pudo gracias a la venta de cargos y a la explotación de las minas de oro. Pero también tuvo destacada actuación urbanística en Lima, y en el plano político, impulsó la expansión española por el Pacífico Sur. Sus expediciones llegaron a Tahití (a la que se llamaba Isla de Amat) y se puede decir que, gracias a él, hoy Chile tiene la soberanía sobre la isla de Pascua, a la que bautizó inicialmente como isla de San Carlos. (Héctor Oliva)
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La independencia de los EE.UU. (1776), la Revolución Francesa y el despotismo ilustrado español hacen crecer la conciencia autonomista. Mientras la Universidad de San Marcos era reformista, el Real Convictorio de San Carlos, importante centro religioso, contribuyó a difundir los principios revolucionarios.
Después de las renuncias de Bayona (1808) y de la implantación del régimen napoleónico en España, se formó en Chuquisaca la primera junta de Hispanoamérica (1809). Por intervención del virrey Abascal Perú se convirtió en el reducto realista durante la independencia.
Pese a los intentos y rebeliones frustrados, entre 1806 y 1810 los americanos se mantuvieron fieles a la corona frente a la invasión napoleónica, en la época que se llamó de fidelismo colonial. En el período de las Cortes de Cádiz, la libertad de imprenta y la fundación de cabildos populares iniciaron una nueva corriente de libertades, pese a que el gobierno fuerte y hábil de Abascal mantuvo al Perú como una ciudadela del poder español en América y el centro de la reacción realista. Los ejércitos de Abascal, mandados primero por generales peruanos y más tarde por españoles, constituyeron una oposición firme contra los ejércitos revolucionarios sudamericanos, que hasta 1816, en que dejó el mando el Abascal, no pudieron obtener ninguna ventaja positiva.
Lucha emancipadora de San Martín:
Abascal ocupó militarmente el Alto Perú, sofocó la insurrección de Chile e incorporó la audiencia de Quito a su virreinato.
Los intentos revolucionarios y autonomistas de Argentina y Chile se extendieron por América. Diversos clubes secretos de Lima volvieron a la actividad revolucionaria y el criollo José de la Riva Agüero intentó ponerse en contacto con las fuerzas argentinas del general San Martín, en marcha hacia Chile, pero fue apresado y los clubes y el Convictorio de San Carlos fueron cerrados. En 1814-1815 se produjo un primer levantamiento en Cuzco. Las tropas de San Martín asedian a los realistas en amplias zonas. Tras vencer definitivamente en Chile, en los llanos de Maipú, puede dedicar efectivos y esfuerzos a Perú. El 18 de agosto de 1820 embarca en Valparaíso con el "Ejército Liberador del Perú". Desembarcó en Paracas (8 septiembre), se trasladó al norte, los realistas se retiraron a la Sierra. En Ica proclamó la independencia (20 octubre) y en Huara dio un primer Reglamento provisional (12 febrero 1821). Al no aceptar el nuevo virrey del Perú, La Serna, la independencia del país, constituido en monarquía con un rey español, según su propuesta (conversaciones de Punchaca, mayo 1821), San Martín entró en Lima (12 julio), proclamó solemnemente la independencia, tomando para sí el título de Protector (2 agosto). Intentó el establecimiento de una monarquía y legisló de forma conservadora, pese a la teórica manumisión de los hijos de esclavos y abolición del tributo de los indios. Pero gran parte del Perú continuaba ocupado por los realistas, a pesar de las campañas militares de 1821.
El 24 de mayo de 1822 obtuvo la victoria de Pichincha, que decidió la independencia de las tierras ecuatorianas.
Etapa independentista de Bolívar:
El 22 de julio de 1822 tiene lugar en Guayaquil la entrevista entre Bolívar y San Martín, éste dimitió (20 septiembre), se embarcó en el bergantín Belgrano y se alejó para siempre de las costas peruanas. En gratitud a San Martín, "Gran Capitán de los Andes", el Congreso del Perú le declaró "Fundador de la Libertad del Perú".
El gobierno quedó en manos del congreso limeño, dirigido por el liberal Luna Pizarro, que impuso una débil junta, presidida por La Mar, y proclamó la república (diciembre). Nuevos fracasos militares frente a los realistas originaron la imposición por el ejército de Riva-Agüero (febrero 1823) y los llamamientos a Sucre (junio), y a Bolívar (agosto). Bolívar se encargará de terminar la guerra de la independencia peruana. Tras las campañas de Bolívar y Sucre en el Ecuador, el ejército del virrey La Serna en el Alto Perú era el último núcleo importante de la resistencia española de todo el continente.
Bolívar llegó al Callao, depuso a Tagle y recibió todos los poderes (febrero 1824). Con el título de Libertador emprendió la ofensiva contra los realistas, a los que venció en Junín (6 de agosto). El 8 de diciembre de 1824 Sucre vence a Canterac en la batalla del Llano de Ayacucho, en la que los realistas tuvieron muchas bajas y tras ella se firman las capitulaciones. Estas victorias pusieron fin a la dominación española en el continente. En la capitulación de Ayacucho se establecía que el ejército español abandonaría el territorio peruano y que los soldados españoles podrían regresar a su país o bien ingresar en el ejército peruano; se garantizaba que no se ejercerían represalias contras las personas afectas a la causa realista, y que se respetarían las propiedades españolas en Perú, así como los bienes peruanos en España. Sucre anotó en su parte de campaña: "La campaña del Perú está terminada; su independencia y la paz de América se ha firmado en este campo de batalla".
Sucre permitió la formación de Bolivia en el Alto Perú y Bolívar quiso imponer en el Perú una república de corte cesarista, así como la confederación de Colombia, México, Guatemala y Perú (congreso de Panamá, junio 1825), pero Santa Cruz le destituyó y afirmó la independencia del Perú (1827).
Andrés de Santa Cruz (1792-1865):
Nació a orillas del lago Titicaca, actual Perú. Hijo de un español y de una noble inca, combatió en el ejército realista hasta que, en 1820, se pasó a las fuerzas emancipadoras. Llamado por San Martín, participó en la liberación del Alto Perú junto a Gamarra, propiciando que, tras la batalla de Ayacucho, se constituyera la República de Bolivia. Desde el principio fue partidario de un Estado peruboliviano, por lo que se opuso a Simón Bolívar y lo destituyó como presidente vitalicio de Perú. En 1829, Santa Cruz fue proclamado presidente de Bolivia, tras imponerse a sus opositores y provocar la renuncia de Antonio José de Sucre. Liberal de talante organizador, impulsó una serie de medidas reformistas, pacificó el país, reestructuró las maltrechas finanzas, y creó, mediante un decreto en 1836, la Confederación Perú-boliviana. Otorgó al país unas leyes propias, manteniendo el Código Penal español de 1821. Fue el artífice de la Constitución liberal de 1831, la cual abolía la esclavitud. Fue derrotado en la guerra de la Restauración y desterrado a Europa. Murió en Saint Nazaire, Francia (1865).
Resistencia de los soberanos incas:
El grupo de los almagristas, tras el asesinato de Pizarro (26 de junio de 1541) por un grupo al mando del hijo de Almagro, era el más débil. Recibió el apoyo indirecto de los indios de Vilcabamba. El joven Almagro, vencido, huía hacia Vitcos cuando fue capturado. Diego Méndez y algunos de sus partidarios consiguieron refugio en la ciudad de Manco, quien los acogió con los brazos abiertos. Méndez y sus hombres asesinaron a Manco antes de morir a manos de los guardias del palacio.
El hijo de Manco, Sayri Túpac, aceptó volver a Cuzco en 1555. Pero la tregua fue corta, y Sayri Túpac murió envenenado en el valle de Yucay en 1560. Las alternativas de resistencia y sumisión no impedían el continuo desgaste. Una hija de Sayri casó con un sobrino de Ignacio de Loyola y murió marquesa de Oropesa. En 1560, Titu Cusi, hijo mayor de Sayri Túpac, intentó una política de resistencia matizada de colaboracionismo: permitió, poco antes de su muerte, la entrada de misioneros agustinos en su recinto montañoso, y se hizo bautizar con el nombre de Felipe. Su muerte y el advenimiento de Túpac Amaru, en 1571, marcaron un claro regreso a la línea dura. (Chaunu)
Túpac Amaru I (muerto en el Cuzco 1572):
Soberano inca de Vilcabamba (1571-1572), hermano y sucesor de Tito Cuí Yupanqui. Durante el mandato del virrey Toledo, Vilcabamba fue sede de diversos levantamientos antiespañoles, que el consejo de Indias mandó reprimir severamente. Toledo mandó un contingente armado al mando de Martín de Hurtado de Arbieto, que se apoderó de Vilcabamba e hizo prisionero a Túpac Amaru y a sus principales subordinados (junio 1571). Juzgado (septiembre 1571), fue ejecutado públicamente. Con su muerte se puso fin a ña dinastía de los soberanos incas.
Túpac Amaru II (1740-1781):
José Gabriel Condorcanqui, llamado Túpac Amaru (Surimana 1740-Cuzco 1781) era hijo del cacique Miguel Condorcanqui y descendiente por línea materna del inca Túpac Amaru.
Viajó en 1776 a Lima para rogar que se exonerara a los indios de los servicios de mita y la explotación de los obrajes. Regresó a su cacicazgo de Tungasuca en 1778 sin que sus reclamaciones fueran atendidas.
Se puso al frente de una rebelión de indígenas (1780-1781) contra los abusos y extorsiones de los corregidores, iniciada en noviembre en Tinta. Encerraron al corregidor Arriaga y lo mataron. Túpac Amaru marchó con sus hombres y destruyó varios obrajes. Las autoridades del Cuzco enviaron 1.200 hombres que fueron derrotados en Sangarará (18 noviembre). En su residencia de Tungasuca, invocando su condición de soberano del imperio incaico, trató de negociar la rendición del Cuzco. El 8 de enero de 1781 las tropas enviadas desde Lima derrotan a los insurrectos. En marzo salió del Cuzco una fuerza de 17.000 hombres al mando del mariscal José del Valle, que vencieron la noche del 5 al 6 de abril. Capturado Túpac Amaru presenció la muerte de su esposa y algunos familiares. Pasó a ser torturado por un hombre implacable llamado Areche, que le interrogaba sobre los nombres de los cómplices de la revuelta. Túpac Amaru sólo dijo Nosotros somos los únicos conspiradores: Vuestra Merced por haber agobiado al país con exacciones insoportables y yo por haber querido librar al pueblo de semejante tiranía. Areche dijo de Túpac Amaru que era un espíritu de naturaleza muy robusta y de serenidad imponderable. Como no consiguió convertirlo en delator mandó al verdugo que en medio de la plaza de Cuzco le cortara la lengua y lo descuartizara con cuatro caballos. Vivo aún después del esfuerzo de los caballos Areche mandó que le cortaran la cabeza.
Su medio hermano Diego Cristóbal Túpac Amaru prosiguió la rebelión en la zona sur mientras Julián Túpac Catari asediaba sin éxito Lima (marzo a octubre 1781). Se produjeron al mismo tiempo alzamientos en el antiplano boliviano. En el norte de la actual Argentina se produjo la rebelión de Jujuy acaudillada por el mestizo José Quiroga. Indios sublevados en los llanos de Casanarem, en Nueva Granada, proclamaron rey de América al pretendiente. Las autoridades españolas ofrecieron el indulto y Diego Cristóbal se sometió aunque en enero de 1783 lo aprisionaron y condenaron junto a otros miembros de su familia. Diversas insurrecciones criollas posteriores usaron su nombre para obtener el apoyo indígena.
Mitas y obrajes (s.XVIII):
Se habia impuesto a los indígenas del Perú el servicio personal forzoso (mita), que los obligaba a servir períódicamente en las minas, en la agricultura, en las obras públicas y en el servicio doméstico. La construcción de casas particulares se consideraba abusivamente de interés público. La llamada agresión climática, el trasplante del llano a la sierra y viceversa, produjo una gran mortandad entre los indios peruanos. Las aldeas se iban despoblando y cada vez aumentaba más la frecuencia en el servicio de la mita. Los que trabajaban en las fábricas de tejidos (obrajes) sufrían una jornada de sol a sol.
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