Pesca en Canarias: Especies:
Los recursos pesqueros de las islas son ricos y variados, comprendiendo fauna del Norte de Europa, Mediterráneo y Sahariana, y se pueden dividir en tres tipos: demersales (de fondos marinos), pelágicos costeros (cardúmenes estables de las costas de las islas) y pelágicos oceánicos (cardúmenes migratorios que cruzan el Archipiélago en sus migraciones, en especial atunes).
- Entre las especies demersales destacan: el camarón, congrio, morena, merluza, palometa, jurel, tostón, mero, cherne, abade, cabrilla, catalufa, palometa roja, sama, breca, sargo, fula, vieja, etc. Además de tiburones y rayas.
- Entre las especies pelágicas costeras destacan la sardina, caballa, chicharro, boga y lisa.
- Entre las especies pelágicas oceánicas migratorias que se acercan a Canarias, muy abundantes, destacan las
tortugas, los cetáceos (cachalotes y rorcuaces) y túnidos, tropicales (bonito, rabil, y tuna) y templados (patudo, barrilote), que se sustituyen a lo largo del año.
Los túnidos tropicales (bonito y rabil) se acercan a las Islas desde finales de primavera hasta otoño, abundando en verano y los templados, entre otoño y primavera. El peto y la melva son otros dos escómbridos frecuentes en las islas occidentales. Estos cardúmenes son más abundantes en las islas orientales y costas del sur-suroeste de las occidentales. En el banco sahariano destacan por su gran abundancia el choco, el calamar, el pulpo y las sardinas.
Migraciones verticales nocturnas:
Debido a la escasa significación de la plataforma costera, se producen a pocos kilómetros de la costa desde profundidades superiores a los 500 metros. Destacan las potas, escolares y conejos. Las potas ascienden desde los 1000 metros, y, en verano se aproximan más a las Islas, concentrándose en lugares concretos, lo que explica, entre otras causas, las largas estancias de cetáceos en las costas del sur, en las calmas, donde los fondos profundos están próximos a la costa.
Lanzarote:
Cinco importantes conserveras estaban activas en Lanzarote durante la década de 1960. A finales de la década de 1970, antes de que Marruecos endureciera los requisitos para faenar en el banco Canario-Sahariano, la isla concentraba las primeras sociedades pesqueras de Canarias. Era la base del 90% de las embarcaciones españolas dedicadas a la captura de sardinas. A principios de la década de 1980 el sector pesquero suponía el 70% de la economía de la isla.
El proyecto PESCPROF:
Fue desarrollado en centros de Canarias, Azores y Madeira. Durante su desarrollo se realizaron más de 20 campañas de prospección a bordo de barcos de investigación. Durante unos 200 días de mar se ensayaron diferentes modelos de nasas y palangres en un intervalo de profundidades entre los 150 y 3.000 m. Se catalogaron más de 150 especies de los ambientes profundos, incluyendo peces óseos y cartilaginosos, crustáceos, cefalópodos y otros invertebrados. Se procedió a un estudio exhaustivo de 10 especies profundas con interés pesquero y marisquero potencial, destacando varios camarones y cangrejos. Actuó de coordinador en Canarias el Instituto Canario de Ciencias Marinas.
Recursos pesqueros (18/01/07):
Sin querer entrar en la estricta comparación con la región gallega, en la que el sector pesquero desempeña un papel socio-económico de orden principal, uno echa de menos que en las aguas de Canarias todavía no sepamos con los recursos pesqueros que contamos en los órdenes cualitativo y cuantitativo. Los que peinamos canas sabemos que en el tiempo pretérito el consumo de pescado en la Isla se sostenía en el pescado fresco que era atrapado en nuestra propia costa, utilizando artes legales -nasas, palangres, etcétera- y prohibidas -chinchorros, trasmallos, e, incluso, dinamita-, con el añadido del pescado también fresco que traían los fresqueros -también neveros- desde la cercana costa africana. Sabemos, también, que seguimos contando con la pesca de las especies pelágicas costeras -sardinas, chicharros, caballas-,las pelágicas oceánicas -la tuna, el bonito listado, el barrilote, el patudo, el rabil... -, las especies demersales oceánicas y las demersales costeras. Teniendo en cuenta que ya no podemos contar con la pesca -fresca- que provenía del banco canario-sahariano podemos asegurar, porque los datos así lo demuestran, que el llamado pescado fresco -el de mayor valor y aprecio- apenas da para cubrir la demanda de los guachinches y la de algún que otro comprador que se acerca hasta la orilla para comprar el pescado a pie de bote. El resto del pescado consumido es congelado o procedente de la acuicultura. Hay quien piensa, basando sus argumentos en el error, que en la isla de Tenerife nunca se ha hecho nada para investigar -con procedimientos arcaicos si se quiere- en nuestra plataforma y talud continental, zona batial y zona abisal.
Es por eso que estamos obligados a decir que el que fuera director del Laboratorio de Oceanografía de Canarias, Pedro García Cabrera, publicó un libro en el año 1970 en el que realiza un valioso estudio -isla a isla- de los recursos pesqueros, del número de hombres dedicados a las faenas de la pesca, del número y características de las embarcaciones, del tipo de artes, etcétera. De igual manera se adelanta a decir los males que afectan al sector y la posibilidad de corregirlos. Y es aquí donde entra en juego lo de la comparación citada al principio, pues, mientras los gallegos investigan para establecer el estado de los recursos y marcar las repetidas y necesarias paradas de la flota, aquí en Canarias, a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación no se le conoce iniciativa alguna tendente a estudiar nuestros recursos pesqueros y la posibilidad de que un número determinado de familias se pueda ganar el pan de cada día de una manera digna. El sector de la Pesca, de la Consejería de Pedro Rodríguez Zaragoza, es esa gran desconocida. Una gran desconocida que no ha sabido -o podido- hacer la tarea y de ahí que no salga del suspenso. Y todo sea dicho en el supuesto de que no consideren la colocación de jaulas marinas como objetivo único. Y es que, de ocurrir así, tendríamos que olvidarnos de que el pez grande se come al chico.
(Alberto Rodríguez Alvarez)
Tradiciones perdidas:
Desaparece la generación que se inició en el oficio de la pesca tradicional acompañando a su padre siendo apenas un niño. Un rico patrimonio de detallados conocimientos se transmitía de forma práctica a la siguiente generación. A los viejos pescadores les parece deamasiado estricto que ahora no esté permitido embarcar a nadie que no esté enrolado. Desapareció también la venta en el barco y la ambulante. El pescado recogido se lleva a la cofradía para su control antes de vendérselo al arriero, que se encarga de distribuirlo en pescaderías y grandes superficies.
En 2013 se publicó el cómic El viaje del Longorón, parte de los recursos didácticos que se crearon para divulgar el conocimiento del medio marino canario.
Los protagonistas pescan atunes con caña y utilizan redes de cerco para otros peces. Toman conciencia de lo importante que es respetar tallas mínimas, usar artes selectivos que posibilite una pesca racional y sostenible. Se describe el proceso de control del pescado y los requisitos que lo hacen un alimento seguro. Visitan las tres Reservas Marinas de Canarias. En La Graciosa pescarán vieja al puyón, y medregal con calamares vivos. En La Palma acompañan a los guardapescas en su ronda de vigilancia, por mar y tierra. En el Mar de Las Calmas se embarcan con un pescador local con el que contemplan la pesca con vara para petos. Finalizan la excursión margullando en un lugar de gran diversidad de especies.
Otro recurso para la enseñanza es el de la Miniguía de los peces, con fichas de 43 especies presentes en aguas canarias.
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