[Mitos sobre el Diluvio:]
Del Diluvio para acá:
[...] Los indios americanos ofrecen hasta cinco docenas de versiones diferentes. Pero hay muchas más: entre los aztecas se creía que toda la humanidad desciende de un hombre y una mujer que lograron salvarse del gran diluvio metiéndose en una cesta. La tradición rusa asegura que la tierra entera descansaba sobre el lomo de cuatro ballenas, hasta que una murió y con su muerte provocó la inundación de la tierra y la fatalidad de sus pobladores. Los celtas describen el Llyn-llyn (mar de mares), que inundó el mundo y ahogó a las gentes. En la mitología hindú, fue la diosa Visnú quien salvó por tres veces al mundo, tres veces inundado. La tradición china relata la vida de Fushi y Nukua, dos supervivientes del diluvio, cuyos cuerpos en forma de pez les permitieron escapar nadando del desastre. La mitología griega hace que Zeus castigue con el diluvio a los hombres pero se apiade del rey de Tesalia, Decaulión, y de su esposa Pirra, de quienes desciende la humanidad toda. Y la mitología mesopotámica, antecedente de las narraciones hebraicas del Viejo Testamento, nos cuenta la epopeya de Gilgamesh, en la que un tal Utunapistim logra sobrevivir a una lluvia "cuyas gotas eran del tamaño de platos", encerrado durante siete días con su mujer y su familia en un arca... También en los mitos y leyendas de los antiguos pobladores de Canarias existen referencias al Diluvio, con características propias de cada isla. El mito más extendido entre los aborígenes grancanarios sostiene que el diluvio fue una maldición de los brujos tinerfeños, para ahogar a Gran Canaria en las profundidades del Atlántico mientras ellos se refugiaban en lo alto del Teide.[...] (Francisco Pomares)
En Sumeria se contaba que hubo ocho reyes similares a los mencionados en la Biblia entre Adán y la gran inundación, que reinaron durante 241.200 años. Los textos desenterrados en Ras Shamra, Ugarit, hablan de la lucha entre el dios Baal y Lotan, «la sinuosa y poderosa serpiente de siete cabezas», prefiguración del Leviatán del Antiguo Testamento. En la versión de la historia del diluvio incluida en la epopeya de Gilgamesh, el héroe del diluvio es Utnapishtim, «Quien Halló la Vida [Eterna]», que en otras leyendas similares recibe el nombre de Ziusudra o Atra-hasis. En todos los relatos los dioses envían el diluvio como castigo.
Mitología griega:
El mito de un dios airado que decide castigar las maldades del hombre con un diluvio parece ser un préstamo tardío tomado por los griegos de los fenicios o de los judíos. No obstante, el número de los distintos montes de Grecia, Tracia y Sicilia en que se dice que fue a posarse el arca de Deucalión parece indicar que se ha sobrepuesto un antiguo mito del Diluvio sobre una leyenda posterior en el norte de Grecia. En la primera versión griega del mito, Temis renueva la raza humana sin haber sido autorizada previamente por Zeus, por lo que es probable que el Diluvio se le atribuyera a ella y no al dios, como en Babilonia. (Robert Graves)
Dios y el agua:
Aquel Dios que salvó a Noé -el segundo Adán- de los abismos del Diluvio; que salvó a Moisés; el que trajo la Ley, del Nilo; que salvó a César, fundador del Imperio, de la tempestad adriática; que salvó a Pedro, primer Pontífice romano, de las olas del lago Tiberíades; que salvó a Pablo, el Apóstol de las gentes, del naufragio mediterráneo; que salvó a Colón, el portador de Cristo, de los tifones atlánticos, es el mismo Dios que ha instituido como primer sacramento el nombre del Bautismo, es decir, la inmersión en el agua. Nadie podrá salvarse si antes no fue salvado por las aguas. (G.Papini, Exposición individual)
Los Magos que acuden al lugar del nacimiento del Redentor procedían de los continentes conocidos en la época en que la Iglesia se constituía en la principal fuerza política del imperio romano. Las tres grandes masas de tierra habían sido habitadas por cada una de las tres estirpes de descendientes de Noé: Asia, poblada por la familia de Sem; Europa, ocupada por la de Jafet, y África, en la que se asentaron Cam y sus descendientes.
Los capítulos del Génesis apócrifo de uno de los rollos del Mar Muerto (siglo I a.C.) contienen una narración algo diferente de la historia de Noé.
Los fragmentos no están narrados en tercera persona, sino que es el mismo Noé quien cuenta la historia.
Origen de las aguas:
En el modelo geocéntrico clásico del Universo esférico de Pedro Apiano (1524) la Tierra ocupa el centro y le siguen las esferas de la Luna a Saturno. El octavo cielo o firmamento contenía las estrellas fijas y el noveno o cristalino tenía como razón de ser la congruencia con la Biblia. Explicaba el origen de las aguas del Diluvio (Génesis 1.6).
Las leyendas hindúes cuentan complejos mitos sobre los orígenes del gran lingam, que surgió del océano y se abrió con violencia para revelar a Shiva en su interior. Lo que recuerda vagamente la leyenda de Afrodita en la mitología griega.
(*):
"La mayor parte de los hombres no quieren nadar antes de saber." ¿No es esto espiritual? ¡No quieren nadar, naturalmente! Han nacido para la tierra, no, para el agua. Y, naturalmente, no "quieren pensar: como que han sido creados para la vida, ¡no para pensar! Claro, y el que piensa, el que hace del pensar lo principal, ese podrá acaso llegar muy lejos en esto; pero ese precisamente ha confundido la tierra con el agua, y un día u otro se ahogará. (H.Hesse, El lobo estepario)
Entre los sonidos naturales más frecuentes recogidos en grabaciones para conseguir la relajación está el goteo sobre una superficie de agua estancada, el fluir de un arroyo, la caída del agua de una cascada o las olas rompiendo en una playa.
El último exterminio:
Desde que subimos a rastras a la tierra, el agua quiere recuperarnos. Periódicamente llegan inundaciones y quieren sumergirnos de nuevo en el agua, echando abajo los progresos que entretanto hemos hecho. [...]
Debió ser el [mito] más reconfortante de todos para los antiguos humanos. El arcoíris con el que Dios le decía a Noé que, por mucho que se enfadara, nunca volvería a intentar borrarnos de la faz de la tierra, debió de representar un gran alivio. [...] Morir ahogados figura entre nuestros terrores más profundos (visto que somos criaturas terrestres), y la posibilidad de que todos y cada uno muramos ahogados magnifica ese terror. La lluvia suscita recuerdos ancestrales. Y el agua en grandes cantidades nos habla a un nivel muy profundo de nuestro ser. (Thomas C. Foster)
Fin del mundo en la mitología nórdica:
[Odín comparte el poder supremo con Fryr y con el vengativo Tor, que domina el trueno. Loki regaló la nave Skidbladnir a Fryr como agradecimiento al ser elevado a la categoría de dios. Es un barco mágico construido por los enanos invaldis, quienes dominan la ingeniería y el arte de navegar.
Los ahogados no podían ir al reino de los muertos en la tierra llamado Hell.
En las profundidades del mar Ran y sus hijas atormentan a los ahogados, que sólo son liberados por el poder de acciones mágicas de Odín.
Sus cuervos negros penetran en el Océano para trasladarlos al valle de Helgafell.
La mitología nórdica acaba con el fin violento de los mismos dioses, que incluye el crecimiento de las aguas del mar mientras suenan gemidos y tristes músicas.
Antes del fin surge del mar el fantástico barco Negflar tripulado por espectros].
Freyr o Fryr era un dios de la fúnebre mitología nórdica, según sabemos por las leyendas de los países más septentrionales de Europa: Noruega, Suecia, Dinamerca, Islandia y Alemania del Norte. Estas leyendas están redactadas en los llamados eddas, los poemas escandinavos más antiguos.
[...] Algir, dios del aire en las noches serenas, del viento en que navegan las nubes y del huracán devastador, tenía un carácter amable, era noble y enemigo de las intrigas; pero podía enfurecer al océano y disponía a su antojo de los monstruos marinos. Esto se debía a su matrimonio con Ran, la diosa de los mares, fea, ambiciosa, violenta, que gozaba produciendo tempestades y madre de nueve hijas tan perversas como ella, las cuales atraían a los marineros con sus bellas y dulces canciones, para hacer zozobrar las naves, y alargaba luego los brazos hacia los náufragos para ahogarlos en el profundo piélago.
(Antonio Jiménez-Landi)
Instauración de sacrificios entre los pueblos antiguos:
Como señala Heinsohn, los mitos sobre grandes hombres que inventan el sacrificio y crean oraciones después de haber sobrevivido a destructivas inundaciones no sólo aparecen en Mesopotamia. «En Caldea, Ziusudra es un héroe de ese tipo que se sacrifica después de una inundación. En papeles similares, los asirios tienen a Utnapishtim y los hebreos a Noé. En la India, Manu inventa el sacrificio después de la inundación. En las tradiciones helenas, Perseo, Deucalión, Megaro, Éaco y otros comenzaron a practicar el sacrificio después de una inundación». Algo parecido ocurre en los mitos egipcios, chinos y en los de los algonquinos de Norteamérica; en este último caso el héroe Nanaboush comienza a orar después de una inundación.
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