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Sicilia:
Los primeros pobladores fueron los sicanos y los sículos de donde procede el nombre de la isla. Los cartagineses colonizaron la mitad occidental.
En el 750 a.C. comenzó la presencia griega, en constante pugna con los cartagineses.
En el 750 a.C. los calcidios fundan Cumas en la Campania, que sería la primera colonia griega en la Magna Grecia. La presencia en la costa este de la isla se produce inmediatamente después.
Constituyó un paso siguiente a los asentamientos griegos en el sur de la península italiana en busca de tierras aptas para absorber el exceso de población de la metrópoli y Asia Menor.
La colonización comenzó por la costa este. Naxos en 734 a.C., Siracusa en 733 a.C., Megara Hiblea en 728 a.C., y Gela en 690 a.C.
Participaron todos los pueblos griegos aunque sobresalieron los calcidios en el noreste y los dorios en el sur de la isla.
En el siglo VII a.C. el volumen del comercio de Cartago se equipara al de los territorios fenicios del este del Mediterráneo eclipsando a Tiro.
En el siglo VI a.C. ciudades como Tiro y Sidón sufren una gran presión de Asiria y Babilonia. La defensa de las colonias fenicias distantes comienza a depender de las naves de Cartago desde principios del siglo VI a.C.
En el 539 a.C. el Imperio Persa de Ciro II el Grande anexiona Fenicia.
En el siglo VI a.C. una serie de convulsiones interiores en Sicilia derivan en tiranías que adquirieron gran fuerza, seguidas de luchas por la hegemonía de la isla.
Intentaron el dominio completo el tirano Falaris de Agrigento (570 a 555 a.C.), Cleandro e Hipócrates de Gela, y, sobre todo, Gelón de Siracusa e Hierón de Gela, que crearon un amplio Estado. Se produjo un inevitable choque con los intereses de Cartago, que ocupaba el extremo oeste de la isla.
La victoria de Hímera (480 a.C.) significó la hegemonía momentánea de las ciudades griegas.
Durante la guerra del Peloponeso el fracaso de la expedición ateniense a Sicilia (415 a 413 a.C.), patrocinada por Alcibíades, trajo como consecuencia la defección de numerosos aliados que se sumaron al bando de la vencedora Esparta.
En el 387 a.C. Dionisio I de Siracusa emplea su poderío en destruir a su enemiga Reggio en el sur de Italia y en liderar los intereses de las ciudades helenas de la isla sin atacar a ninguna. Los gobernantes que siguieron a Dionisio van sucumbiendo en la Magna Grecia ante pueblos enemigos.
Tras el último intento de Pirro de Epiro de mantener la independencia de las polis, Roma conquista todo el sur de Italia y se apodera de Tarento en el 272 a.C.
Llegada de Roma:
La isla estaba en lucha por la ocupación de la parte noreste por parte de los mamertinos, cuerpo de mercenarios habitantes de la antigua Mesina.
Habían sido alistados por Agátocles y al morir éste se habían adueñado de Mesina en 289 a.C. Fueron vencidos por Pirro y Hierón II de Siracusa en 265 a.C. En un principio se acogieron a la protección cartaginesa pero más tarde solicitaron la alianza de Roma (264 a.C.). El desembarco de Apio Claudio, que inició la primera guerra púnica, terminó inmediatamente con el poder mamertino. Terminada la primera guerra púnica y coincidiendo con la guerra de Cartago contra sus mercenarios sin paga, Sicilia se sublevó.
La ocupación de las invencibles tropas romanas comenzó sobre las ciudades griegas del oeste de la isla.
Los romanos ocuparon la isla en el año 241 a.C. y la convirtieron en el granero del Imperio.
La derrota sufrida por Cartago en la Primera Guerra Púnica deja su economía muy debilitada y a sus numerosos mercenarios enfurecidos.
Muchos de sus territorios sufren peligrosas revueltas y las tropas cartaginesas se ven obligadas a retirarse de Córcega y Cerdeña.
Los primeros territorios que Roma ocupa fuera de la península italiana son tres islas, Sicilia, Cerdeña y Córcega.
Cerdeña y Córcega son conquistadas a los rebeldes levantados contra los cartagineses entre el 236 y el 231 a.C.
Siracusa quedó un breve tiempo disfrutando de cierta independencia hasta que es conquistada por M. Claudio Marcelo en el 212 a.C.
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Enfrentamiento de Roma y Cartago por Sicilia:
Roma, potencia continental, vivió en paz con Cartago hasta el día en que los romanos quisieron conquistar Sicilia, de la que los cartagineses poseían la parte occidental. Primero echaron el ojo a las ciudades griegas del este de Sicilia. Un rey griego acudió en socorro de esas ciudades, pero a duras penas ganó algunas batallas. Se conocen las palabras de Pirro «Otra victoria como ésta y estamos perdidos» —de ahí la expresión «victoria pírrica»—. Pero cuando los romanos atacaron el oeste de la gran isla, estalló la guerra con la ciudad púnica («púnicos» es el antiguo nombre de los cartagineses)... Cartago dominaba el mar, mientras la legión romana era la mejor maquinaria militar de la época. [...] La falange griega, desorganizada, perdía todo su valor combativo, lo cual no era el caso de la legión. El legionario sabía combatir en grupo, pero también de manera aislada. La primera guerra Púnica se desarrolló de 264 a 214 a.C. A pesar del valor de sus generales, entre ellos un tal Amílcar Barca (el de Salambó), Cartago fue vencida y tuvo que ceder a Roma Sicilia y Cerdeña. Pero la ciudad fenicia era demasiado orgullosa para admitirse vencida. Compensó la pérdida de Sicilia con la conquista de España, que gobernó Amílcar y donde fundó Cartagena, la «nueva Cartago». En 219 a.C. (Jean-Claude Barreau y Guillaume Bigot) |
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Alta Edad Media:
En el 300 d. de J.C. fue invadida por los vándalos y posteriormente por Bizancio.
En el s.V los vándalos del norte de Africa desembarcaban en Sicilia y la asolaban anualmente para luego retirarse. La flota de Genserico dominaba el Mediterráneo y empezaba a amenazar también al Imperio de Oriente. La isla fue escenario de dos importantes campañas militares que no pudieron frenar a los vándalos. Una había sido financiada y organizada por el emperador oriental León I. En 456 el poderoso general Ricimero obtuvo una victoria naval en Córcega sobre la flota que Genserico dispuso para bloquear la costa italiana.
Hacía décadas que la pérdida del norte de Africa había dejado a la debilitada Roma sin los indispensables suministros de trigo y aceite de oliva.
Los árabes la ocuparon en el siglo IX, y fueron desalojados por los normandos, quienes introdujeron el sistema feudal que ha supuesto un lastre tan pesado para Sicilia. Palermo, en el momento de la conquista normanda, tenía trescientas mezquitas y otros tantos maestros de escuela (que por entonces era un privilegio), cincuenta carnicerías, salas de baños, mercados y las calles adoquinadas, cuando las grandes metrópolis de Occidente eran un mar de fango y suciedad. A todo ello los conquistadores añadieron iglesias católicas, tolerancia y buena administración.
El califato de Córdoba se debilita progresivamente y caen los omeyas (1030). Los almorávides traen de Africa un renovado impulso guerrero. Los intrépidos navegantes normandos se convierten en la punta de lanza de la cristiandad. Toman Mesina, Palermo y Siracusa. Llevan la aventura en el alma, llenos de codicia y ambición, empujarán a la cristiandad hacia aventuras militares insensatas. (René Kalisky)
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Normandos en Sicilia:
El feudo que Rinolfo de Drengot conquista en Aversa inició otras muchas ocupaciones. Muy pronto destacaron los seis hermanos Altavilla, que a sus grandes dotes y cualidades militares añadían un raro talento político y organizador. Su ascensión fue rápida; duques de Melfi en 1041, conquistadores de Apulia y de Calabria en 1059, de Mesina en 1061, de Bari diez años después y de Palermo el siguiente año. Gracias a su intervención, Sicilia, que desde hacía doscientos años era una provincia árabe, se convirtió así en un reino normando. Los Altavilla, antes Hauteville, provenían de Normandía, donde se habían establecido temporalmente tras su llegada desde Dinamarca y Escandinavia.
Bajo los normandos pudo desarrollarse un reino rico, adelantado, bien administrado y de complejas relaciones. Un complicado mosaico de latinos, griegos, árabes, lombardos, hebreos y normandos que hablaban muchas lenguas, que observaban una curiosa mescolanza de leyes germánicas, bizantinas, tardo romanas y coránicas y que adoraban distintas y opuestas divinidades. Sus reyes, que hablaban en francés y dictaban decretos en latín, árabe y griego, tenían barones normandos, almirantes y administradores árabes, banqueros hebreos o lombardos, obispos latinos o ingleses y burócratas griegos. Levantaron catedrales católicas, pero impidieron a los sacerdotes predicar entre los musulmanes, a los que necesitaban para la flota, el ejército y los servicios públicos. Y se daba el caso de que en las ceremonias públicas llevaban vestidos bordados con versículos del Corán (a veces junto con coronas de tipo griego).
En 1072 Roger I, nacido en Normandía, hermano de Roberto Guiscardo e hijo de Tancredo de Hauteville, se convierte en el primer conde de Sicilia.
Las conquistas normandas en el sur de la península italiana consiguen formar un territorio unificado con categoría de reino.
Siglo XII:
En 1130 Roger II, conde de Sicilia y duque de Apulia, se convierte en el primer rey de Sicilia.
En 1152 Federico I Barbarroja es coronado como Rey de los Romanos. Su reinado representaría el apogeo del Sacro Imperio Romano Germánico.
En 1154 Guillermo I sucede a Roger II.
En 1155 Adriano IV corona como emperador a Federico Barbarroja, que con un poder inigualado aspira a que toda Italia reconozca la autoridad imperial. Adriano IV le expresa su preocupación por el comportamiento de los normandos en su frontera sur ya que solían incursionar y devastar las regiones fronterizas.
En 1156 Adriano IV (de forma forzada) y Guillermo I firman el Tratado de Benevento.
A cambio de coronar a Guillermo I los normandos se comprometen a cultivar la buena vecindad y complementar la defensa.
Con la coronación Adriano IV cede derechos sobre territorios que veía como propios. Cree que debe renunciar para mantener la paz.
En 1158 Federico I convoca una Dieta en Roncaglia en la que reclama la implantación de numerosas medidas que refuerzan la autoridad imperial.
Los expertos en derecho romano de Bolonia que intervienen se inclinan por defender los intereses imperiales.
Federico I planeaba reorganizar todo el norte de Italia, incluyendo el recorte de autogobierno de las ciudades de Toscana.
Aspiraba a lograr la reafirmación del dominio imperial sobre todo el Regnum Italicum.
En 1159 Federico I convoca una Dieta en Roncaglia queriendo evitar un conflicto armado con las comunas italianas.
En 1166 Guillermo II sucede a Guillermo I como rey de Sicilia y Nápoles.
Era menos enérgico que sus antecesores y heredó una situación interna muy convulsa.
En 1167 queda establecida la Liga Lombarda, formada por ciudades de la llanura Padana como Milán, Brescia, Verona, Padua y Venecia.
Las ciudades toscanas no envían embajadores ni milicias, ni financian compañías de mercenarios.
En 1169 Federico I ordena que se nombre a Enrique VI Rey de Romanos (el heredero del Sacro Imperio) y es coronado como tal en Aquisgrán.
En 1172 Guillermo II funda el Duomo di Monreale, al que se le anexaría un monasterio benedictino.
En 1176 Federico I es derrotado por la Liga Lombarda en la batalla de Legnano.
En 1177 Federico I firma con la Liga Lombarda la Paz de Venecia, que acordaba una tregua de seis años.
En 1177 Guillermo II se casa con Juana Plantagenet, hija de Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania, y hermana de Ricardo Corazón de León.
En 1183 Federico I firma con la Liga Lombarda la Paz de Constanza, cediendo a las ciudades autogobierno, recaudaciones y elección directa de cargos.
En 1186 Enrique VI, hijo y heredero de Federico Barbarroja, se casa con Constanza de Altavilla [Hauteville], heredera de la corona de Sicilia.
En 1189 muere en Palermo Guillermo II.
Tancredo, hijo ilegítimo de Roger de Apulia, se rebela y toma el trono, pero la mayoría de la nobleza apoya a Constanza y Enrique VI.
En 1190 Enrique VI sucede a Federico I, que muere ahogado en Anatolia al desplazarse durante la Tercera Cruzada.
En 1191 Celestino III corona a Enrique VI como emperador.
En 1194 muere Tancredo en Palermo y cuando llega Enrique VI el reino normando de Nápoles y Sicilia pasa a los Hohenstaufen.
Siglo XIII:
En 1261 Jacques Pantaleón de Court-Palais, obispo de Verdún, es elegido papa en Viterbo con el nombre de Urbano IV.
Debido al enfrentamiento entre güelfos y gibelinos residió en Viterbo, Orvieto y Perugia.
Entabló largas negociaciones con Francia para apartar a los Hohenstaufen del trono de Sicilia.
En 1261 Urbano IV nombra cardenal a Guy Foulques, arzobispo de Narbona.
En 1263 Urbano IV corona a Carlos de Anjou como Rey de Sicilia y despoja a Manfredo del título.
En 1265 Guy Foulques es nombrado papa con el nombre de Clemente IV.
En 1265 Clemente IV inviste formalmente a Carlos de Anjou como Rey de Sicilia.
En 1266 Carlos de Anjou, conde de Provenza y hermano del rey Luis IX de Francia, desembarca con un ejército en Sicilia.
Derrota y mata a Manfredo de Sicilia (hijo natural de Federico II y regente del reino) en la Batalla de Benevento.
En 1268 Conradino, nieto de Federico II, marcha sobre Italia con un ejército y recibe el auxilio de los gibelinos.
Carlos de Anjou vence rotundamente en la Batalla de Tagliacozzo, captura a Conradino y lo ejecuta en Nápoles.
En 1282 se produjo una revuelta popular, conocida como las vísperas sicilianas, a consecuencia de la cual se convirtió en dominio del reino de Aragón.
En 1507 se unió a Nápoles y tras la unificación de Aragón y Castilla fue gobernada por virreyes nombrados por los monarcas españoles hasta que en 1735 se independizó bajo una rama de los Borbones, quienes permanecieron en el poder hasta el siglo XIX.
Carlos de Borbón era hijo de Felipe V de España y de la parmesana Isabel de Farnesio, de quien hereda Parma, Piacenza y Nápoles.
Sucedería a sus dos hermanos en el trono de España (1759) con el nombre de Carlos III.
En 1815 y en virtud del tratado de Viena pasó a formar parte del reino de las Dos Sicilias hasta que en 1860 Garibaldi aprovechó los movimientos separatistas para lograr su liberación. Un año más tarde se fusionó con Italia como deseaba la mayoría de la población. Una organización clandestina creada para impedir la invasión napoleónica derivó en una especie de policía secreta particular que fue el inicio de la mafia.
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